´El Estatut, asesinado´, Francesc-Marc Álvaro

Ni nos hemos enterado, ocupados como estamos con la operación Pretoria y tratando de ver algo en medio de la polvareda que este caso de corrupción está provocando en la sociedad catalana. Nos han metido el gol definitivo y no nos hemos dado ni cuenta. Tanto esperar la sentencia del Tribunal Constitucional, tanto especular con la fecha del fallo, tanto observar las disfunciones de los altos magistrados y, al final, el tiro de gracia no ha venido de allí. No ha sido ni recorte ni castración química, ni sentencia interpretativa ni extirpación de artículos clave, nada de todo esto. El Estatut fue asesinado en el Congreso de los Diputados el pasado jueves, cuando la reforma de la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) superó las enmiendas presentadas por varios grupos. El Gobierno central presidido por Zapatero (el que afirmaba que si él ganaba las elecciones también "gana Catalunya") consigue imponer su criterio, que en esto coincide plenamente con el del PP: el Estatut, que es ley orgánica, queda definitivamente supeditado a la Lofca, que es ley orgánica de ámbito general, extremo que consagra una nueva versión del consabido "café para todos", receta que desvirtúa el autogobierno catalán. Es una decisión muy grave y una burla a la voluntad popular.

Lo más escandaloso de esta iniciativa del PSOE y del PP es que no tiene en cuenta el plus de legitimidad de una ley orgánica que, como el Estatut, fue aprobada en referéndum por la ciudadanía. De nada sirve esta diferencia para que la ley de leyes autonómica tenga un rango superior a la Lofca. Durante la elaboración del nuevo texto estatutario, este apartado ya suscitó grandes debates dado que de él depende la verdadera capacidad financiera de la Generalitat. Recordemos que el argumento principal esgrimido para promover un Estatut nuevo fue la necesidad de consolidar por ley un salto importante en la financiación de la administración autonómica, que liberara las políticas de la arbitraria casuística de lo que se llamó "el peix al cove", la negociación coyuntural en función de las mayorías posibles en Madrid.

2-XI-09, Francesc-Marc Álvaro, lavanguardia