īTV3 contra el Real Madridī, Sergi Pāmies

En el Telenotícies migdia (TV3) del jueves, sección deportes, se vivió un momento de cinismo desalentador. Un reportaje analizó las retransmisiones radiofónicas del partido Real Madrid-AC Milan del miércoles (que, por cierto, obtuvo una excelente audiencia). Se trataba de demostrar que Onda Cero, la Cope, la Ser o Radio Marca habían sido poco respetuosos con el Milan y prepotentes con el Madrid. Minutos antes, sin embargo, TV3 acababa de resumir la derrota como un partido con una primera parte de "solters contra casats" y otras lindezas y de culminar una larga, persistente y desagradable tendencia a practicar un antimadridismo facilón y populista que no entronca precisamente con lo que debería esperarse de una televisión pública.

La narración del partido que hizo TV3 pecó de este mismo defecto. No debe de ser fácil contentar a todo el mundo, y entiendo que TV3 no puede tener el mismo tono que Tele Madrid, pero es imprescindible establecer un estilo que permita a los catalanes madridistas - y contribuyentes-ver la retransmisión de una de sus televisiones sin sentirse insultados. Las bromas e ironías de Bernat Soler, que entenderíamos en un contexto privado o incluso en una apuesta de retransmisión privada, sorprendieron, ya que no jugaba ningún equipo catalán. Es cierto que si TV3 hiciera una retransmisión aséptica, fría y robótica también le llevarían los palos, pero eso debería propiciar una reflexión sobre un modelo narrativo que no provoque, incluso en sectores del barcelonismo, vergüenza ajena (se entiende la simpatía por un equipo catalán pero resulta más incomprensible la antipatía por el Madrid en un partido contra un equipo italiano). Además, se produjo - y no es la primera vez-la paradoja de que TV3 iba a favor del Milan, un equipo de nefasta memoria para los culés que vieron como, en una inapelable lección de realismo, nos ganaron en Atenas.

Este es un defecto que, a menudo, comparten las televisiones españolas, públicas y privadas, cuando, sin venir a cuento, dejan claro su antibarcelonismo visceral. Algunos, como Cuatro o Antena 3, incluso potencian su merenguismo por razones comerciales y de búsqueda de audiencia. Y aunque su condición de empresa privada les ampare, nunca pueden convertirse en un modelo. En lugar de ofrecer una alternativa informativa plural, TV3 parece haber optado por seguir el mismo camino. Buena parte de su planteamiento refuerza el forofismo en lugar de primar la información, el rigor y, si se tercia, el debate y el espectáculo. Por ejemplo: la existencia de un Hat-trick para el Barça y otro para el Espanyol, con periodistas claramente beligerantes, equivale a admitir la imposibilidad de aspirar a cierta objetividad transversal y plantea el siguiente interrogante: si el Girona y el Nàstic subieran a Primera División, ¿tendríamos cuatro Hattrick?¿Somos incapaces de unificar criterios y ofrecer un modelo de información y entretenimiento que, sin caer en la neutralidad aséptica, no se base en la identificación extratelevisiva? Lo malo de estos vicios es que se contagian y, en ocasiones, parece que otros ámbitos de la actualidad (política, internacional) se tiñan de esta tendenciosidad primaria. El ejercicio del TN migdia del jueves, no obstante, intentando desacreditar los evidentes excesos de la competencia sin analizar los propios, fue un ejemplo de hasta qué punto la paja en ojo ajeno cotiza más que la viga en el propio.

24-X-09, Sergi Pàmies, lavanguardia