atac suïcida a Ingushètia

El Kremlin hace frente este verano a una ola de atentados y ataques que suponen un auténtico desafío al control que las tropas rusas tienen del Cáucaso norte. En el último golpe terrorista de los militantes islamistas del sur de Rusia, un suicida hizo estallar ayer una furgoneta en el cuartel general de la policía de Nazran, la principal ciudad de la cada vez más inestable república de Ingushetia.

El vehículo, una furgoneta amarilla Gazel de fabricación rusa, se empotró contra la verja de entrada en el momento en el que los agentes se hallaban en formación. Los disparos efectuados contra el intruso no impidieron que el vehículo hiciera explosión, provocando el ataque más sangriento de los últimos cuatro años en el Cáucaso norte. Un incendio destruyó un pequeño arsenal y la munición almacenada también hizo explosión. Al menos veinte personas resultaron muertas, según datos facilitados por Svetlana Gorbakova, de la oficina local de la Fiscalía General de Rusia. Once niños se encontraban entre los 138 heridos que a última hora de ayer contabilizaba el Ministerio de Situaciones de Emergencia.

La pequeña república de Ingushetia, fronteriza con Chechenia, no sufría un ataque tan sangriento desde que en el 2004 un comando checheno se internara hasta el centro de Nazran provocando la muerte de 92 personas. Un año después los insurgentes protagonizaron una ofensiva similar contra Nalchik, capital de la cercana Kabardino-Balkaria, con más de un centenar de víctimas...

Tras quince años de conflicto en Chechenia, en abril el presidente ruso, Dimitri Medvedev, declaró la región lo suficientemente estable como para levantar las restricciones de seguridad y reducir el número de tropas rusas. Sin embargo, la insurgencia está arraigando fuertemente en otras regiones, especialmente en Ingushetia y Daguestán. En Ingushetia los islamistas están dirigiendo sus ataques contra las autoridades locales y los representantes de Moscú. Algunas organizaciones de derechos humanos comparan la situación con el inicio de una guerra civil...

El año pasado el Kremlin sustituyó al presidente ingush, Murat Zyazikov, cuyas formas represivas habían sido denunciadas por grupos de derechos humanos, y nombró a Yunus-Ben Yevkurov. Éste sufrió en carne propia la violencia de la región hace dos meses. Herido de gravedad tras otro atentado suicida, todavía no se ha reincorporado a su puesto.

18-VIII-09, G. Aragonés, lavanguardia