ŽO Tartarin o la nueva LleidaŽ, Antoni Puigverd

Pocos fiascos políticos han obtenido más benevolencia en la prensa que la inauguración del primer tramo del canal Segarra-Garrigues. Un fiasco mayúsculo. La inauguración provocó la furibunda reacción del comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea, que amenazó con hacer caer todo el peso de la ley europea sobre inocentes espaldas leridanas y sobre las sufridas cuentas de la Generalitat, que podría perder en forma de multa todo lo ganado en la enrevesada negociación de las finanzas. Yes que sobre el canal en construcción penden, no una, sino dos espadas europeas. A instancias de la organización ornitológica SEOBirdLife, la Comisión Europea dictaminó que las zonas de especial protección para las aves (ZEPA), aprobadas por la Generalitat en el 2006, eran incompletas. El expediente comunitario culminó en condena del Tribunal Europeo de Luxemburgo (2007).

La sentencia determinaba que no están protegidas las cuatro especies de aves esteparias de la llanura leridana. Paralelamente, la Comisión Europea inició otro procedimiento de infracción obligando a ampliar las ZEPA, por considerar que el Segarra-Garrigues ponía en peligro a las mencionadas aves.

Agricultura de la Generalitat, por tanto, sabía lo que se jugaba haciendo caso omiso a las sentencias y procedimientos europeos. Pero actuó como el avestruz, creyendo que, si enterraba la cabeza para no ver Europa, Europa se olvidaría del tema. Y lo que es peor, se enquistó en su inmovilismo ninguneando las tesis del Compromís per Lleida, formidable propuesta de la sociedad leridana: una tercera vía que propugna la reinterpretación moderna del viejo sueño del regadío.

Sostiene el Compromís que el canal Segarra-Garrigues no debe actuar como el de Urgell, que transformó un paisaje seco en ubérrimo. Sostiene, en cambio, que el regadío permitirá un gran salto de calidad para la agricultura de secano. La negociación con Europa y SEO-BirdLife de las tesis del Compromís haría innecesarias las ZEPA, pues el canal no alteraría el hábitat de las aves. La nueva Lleida propone que el canal Segarra-Garrigues cumpla la función de un verdadero litoral: turismo y agricultura de calidad, agua gota a gota, respeto ambiental, incluso industria. Tierra de promisión para descongestionar el Mediterráneo catalán. Una propuesta optimista y racional para una Catalunya colapsada: las comarcas leridanas ejerciendo de California catalana.

El Compromís era un anillo precioso para el dedo de la Generalitat. Lo despreciaron para aliarse con el arcaico desarrollismo caciquil. Puesto que Europa, irritada, ha dicho no, la Generalitat no tuvo más remedio que eliminar la placa conmemorativa de la inauguración. ¿Se ha publicado la foto del funcionario eliminando la placa? Sería verdadero periodismo. La foto de un fiasco con final tartarinesco.

6-VIII-09, Antoni Puigverd, lavanguardia