desalentador europanorama postelectoral

Calculadora en mano, partidos políticos e instituciones comunitarias empezaban ayer a familiarizarse con la nueva imagen y porcentajes que definirán las mayorías en el Parlamento Europeo durante la próxima legislatura.

Los últimos cálculos indican que la participación fue del 42,9%, alrededor de un punto y medio menos que la anterior cifra de referencia para los Veintisiete. En Francia, Alemania y España no hubo apenas cambios aunque Italia y Reino Unido tiraron a la baja la media europea. "Al menos ya no cae de cinco en cinco puntos", como en las últimas convocatorias, se resignaban fuentes del Parlamento Europeo.

Los partidos políticos se mostraron más pendientes de otros cálculos, por ejemplo el de los apoyos que podría lograr el conservador portugués José Manuel Durão Barroso para renovar por cinco años más como presidente de la Comisión Europea. El Partido Popular Europeo (PPE), que tendrá 263 de los 736 escaños de la nueva cámara, reclamó ayer a los gobiernos que confirmen el nombramiento sin dilación, en la cumbre que se celebrará en Bruselas la próxima semana.

Es precisamente Nicolas Sarkozy, uno de los primeros líderes que apoyó su reelección, quien en los últimos meses ha maniobrado para retrasar el nombramiento hasta otoño, cuando se sepa si finalmente entra en vigor el tratado de Lisboa. La decisión figura en la agenda de la próxima cumbre aunque según fuentes diplomáticas una mayoría de países es partidaria de posponer el asunto y decidirlo en otoño junto con otros nombramientos pendientes. En julio, con el tratado de Niza en vigor, el trámite de confirmación parlamentaria sería más sencillo: sólo necesitaría la mayoría de los votos emitidos, lo que simplifica las posibilidades, y no del hemiciclo completo como exige el tratado de Lisboa.

Daniel Cohn Bendit, líder de los Verdes franceses, apostó ayer por trasladar a Bruselas su exitosa campaña nacional contra la renovación de Barroso, como exponente de las políticas neoliberales en Europa, y apostó por negociar con liberales, socialistas y soberanistas una candidatura alternativa. ¿La de quién? No hay nombres. El Partido Socialista Europeo intentaba ayer digerir el "decepcionante resultado" de las elecciones, como lo calificó en su blog su presidente, Poul Nyrup Rasmussen, que no se pronunció sobre la polémica en torno al nombramiento de Barroso, que cuenta con apoyos en tres Gobiernos socialistas (España, Reino Unido y Portugal).

A escala interna, los partidos políticos han empezado a negociar la próxima presidencia de la Eurocámara, que se divide en dos mandatos de dos años y medio. El esperado sorpasso de los italianos sobre los alemanes en el grupo popular no se produjo, debido a un resultado peor de lo esperado para el partido de Silvio Berlusconi. Así, tendrá más difícil imponer la candidatura de Mario Mauro a presidente sobre la del polaco Jerzy Buzek, que cuenta con el apoyo claro de Francia y Alemania.

El PPE debe decidir ahora si mantiene la política de pactos con los socialistas para repartirse las dos presidencias o intenta llegar a acuerdos con los liberales. La opción más plausible hasta ahora es que en la segunda parte de la legislatura el socialista alemán Martin Schultz, jefe de grupo, ostente la presidencia. Los socialistas españoles pasan a ser la segunda delegación más numerosa en el grupo socialista, tras el hundimiento del PS francés en favor de los Verdes.

Por detrás de los liberales, el cuarto grupo de la cámara los formarán la alianza de los tories con el partido checo Plataforma Ciudadana, que dice contar ya con 60 diputados. Pese a su ascenso, quienes no tendrán escaños suficientes para formar grupo son los diputados de extrema derecha; problemas de cohesión política aparte, seguirán lejos de los 25 escaños que exige el nuevo reglamento de la cámara.

9-VI-09, B. Navarro, lavanguardia