´Europa, fuera de campaña´, Miguel Ángel Aguilar

Los partidos políticos contendientes presentaron el último día de plazo sus listas de candidatos a las elecciones para el Parlamento Europeo, que están convocadas el domingo 7 de junio. Su examen más somero permite verificar que han terminado plagadas de compromisos internos y que son fiel reflejo de la voluntad de reinsertar a los compañeros desplazados como resultado de diversos avatares políticos. Tampoco se ha presentado informe alguno sobre las tareas cumplidas por quienes han venido ocupando hasta ahora los escaños en Bruselas y Estrasburgo, ni sobre su asiduidad o su absentismo, ni hemos sido avisados de las virtudes profesionales, políticas, lingüísticas o europeístas que adornan a quienes configuran las listas ofrecidas a los electores.

Es decir, que nadie ha examinado la idoneidad, que sigue primando la desconsideración y que continúa sin esclarecerse cuál es el camino a emprender por quien quiera sumar merecimientos objetivos para lograr en el futuro formar parte de esas listas. Como si todo quedara entregado al mero favor de los dirigentes partidistas con poder decisorio.

Estamos metidos de lleno en la campaña. Otra cosa es que se esté desarrollando conforme a pautas de penosa reiteración y que se haya preferido entregar su protagonismo a los líderes de siempre, los mismos que subieron al escenario durante el último debate sobre el estado de la nación en el Congreso de los Diputados. Falta por saber qué empresas de eventos cargan con la escenografía y el montaje, pero puede observarse cómo se programa el mitin donde conviene levantar la moral de la militancia, cómo se acarrea el público hasta completar o rebosar el aforo y cómo luego el turno de oradores se fija a base de las jerarquías municipales y autonómicas para concluir con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el caso del PSOE, o con el presidente del PP, Mariano Rajoy.

Mientras, todo son quejas en los medios de comunicación por la falta de un verdadero debate sobre los asuntos europeos en juego. Mucho mejor seguir dando la matraca con la bronca mutua que tanto entusiasma mientras los asuntos clave de la Unión se pierden de vista en esa polvareda.

26-V-09, Miguel Ángel Aguiler, lavanguardia