´Cambios en TVE´, Susana Quadrado

TVE dejará de emitir anuncios en enero del próximo año. Ahora esta cadena pasa de media 10 minutos de publicidad por hora. La ley del sector audiovisual que el Gobierno quiere aprobar a toda prisa sigue la estela de Sarkozy y pretende acabar con la distorsión de una televisión pública doblemente financiada: por la subvención del Estado y por el mercado publicitario. Si Zapatero con esta medida ha querido granjearse la complicidad de las grandes cadenas privadas en vísperas de unas elecciones europeas, poco importa ahora. Lo realmente importante es que la idea en sí es bienvenida se mire como se mire porque hasta hoy TVE no sólo no ha evitado la competencia salvaje con las televisiones comerciales por la publicidad ´ , sino que se ha lanzado también a competir por determinada programación basura.

Otra cosa distinta es que vayamos a creernos que el nuevo sistema con que se financiará TVE tendrá un coste cero para el contribuyente. El Gobierno quiere compensar los 500 millones que pierde TVE por el vacío publicitario con una tasa a las cadenas privadas (que ya abonan un 5% para financiar la producción de películas españolas) y otra a los operadores de telecomunicaciones que suministran servicios audiovisuales, como televisión por internet o telefonía móvil. Las telecos ya han dicho que si tienen que pagar esa tasa subirán la tarifa telefónica a sus clientes, es decir, a todos ustedes, contribuyentes. Además, aunque el Gobierno diga ahora que no incrementará la subvención vía presupuestos del Estado para TVE, ¿no se acabará viendo obligado a hacerlo si esta cadena agrava su déficit? Paga el contribuyente. Puestos a apostar por la televisión pública, que en eso estamos, deberíamos plantearnos si no sería mejor hacer como los británicos, que pagan un impuesto por tener televisor de 195 euros al año. Al menos así sabríamos cuánto nos cuesta ver TVE.

Y porque paga el contribuyente es por lo que debemos exigir una televisión pública de calidad. Si pagamos por algo - que podemos tener gratis con las privadas-,no es mucho pedir que sea diferente y mejor que ahora. Un ente público sólo se justifica si tiene una oferta diferenciada. Lo primero que hay que definir es qué se entiende por "servicio público". Entre todas las opiniones que se han vertido sobre este asunto en los diarios hago mía la de un catedrático de la Complutense de Madrid. Este académico sostiene que la obligación de las cadenas comerciales es no "traspasar los límites jurídicos y éticos" en su parrilla, mientras que las públicas tienen que fomentar programas que respondan a las "necesidades democráticas, sociales y culturales" del país. TVE tendría que parecerse en algo más a la BBC que en la supresión de la publicidad. De lo contrario, la reforma audiovisual servirá de poco.

14-V-09, Susana Quadrado, lavanguardia