AFPAK: sense informació veraç sobre el desenvolupament de la guerra

El ejército pakistaní prosiguió ayer sus combates contra los talibanes en el valle de Swat (noroeste) y aseguró haber tomado el control de varios puntos clave, así como haber matado a once milicianos en las últimas 24 horas. Según las fuerzas armadas, ya han matado a 751 insurgentes desde que empezó la ofensiva.

Por su parte, los talibanes sólo admiten haber perdido a siete hombres. "La moral está alta. Todas las zonas permanecen bajo nuestro control", dijo un portavoz talibán a la agencia Reuters.

Propaganda aparte, no es el único dato que arroja una sombra de duda sobre la efectividad de la operación militar pakistaní. Un estudio del servicio urdu de la BBC revela que Islamabad sólo controla el 38% de la provincia Frontera del Noroeste y el vecino territorio de las ÁreasTribales, de forma que los talibanes pueden estar reforzando su control sobre el noroeste del país.

Indignado, el presidente pakistaní, Asif Ali Zardari, calificó los datos de la BBC de "incorrectos" y aseguró que el arsenal nuclear de su país no corre ningún riesgo...

La presente ofensiva ha obligado a 800.000 personas a abandonar sus casas, y con esta nueva oleada los desplazados en la región del noroeste ya suman más de 1,3 millones. El drama de los desplazados, junto a los cientos de miles de civiles atrapados en las zonas de combate, hace temer un desastre para la población. El jefe del ejército pakistaní, el general Ashfaq Kayani, ordenó ayer a sus tropas que evitaran las bajas civiles "aun a costa de correr riesgos". Según fuentes militares, aún no ha muerto ningún civil en los combates, que se suceden en zonas montañosas. Sin embargo, el ejército anunció ayer el hallazgo de cinco cuerpos decapitados en Mingora, principal ciudad de Swat. Los residentes de la zona han denunciado en varias ocasiones que los talibanes decapitan a los que consideran traidores.

Pakistán lanzó la actual ofensiva sobre el noroeste del país hace menos de dos semanas, después de que los talibanes consiguieran llegar a tan sólo 100 kilómetros de Islamabad y Estados Unidos acusara al Gobierno de "rendirse" frente a los insurgentes (Islamabad negociaba con los talibanes e incluso permitió la instauración de la charia en algunas zonas). Pacificar el noroeste de Pakistán es de vital importancia para los esfuerzos de la Administración Obama de derrotar a los talibanes y estabilizar Afganistán, cuando en octubre se cumple el octavo aniversario de la invasión.

Precisamente el presidente afgano, Hamid Karzai, reconoció ayer en Islamabad que "el terrorismo y el extremismo están extendiendo su control a los dos países", e instó a Pakistán a combatir este "enemigo común" para conseguir un mejor futuro.

14-V-09, agcs, lavanguardia