canvi de direcció, i estratègia, militar USA

La campaña afgana no va bien. El indicio más claro es el recambio de los generales, la opción recurrente de los políticos en todas las guerras. Pero el relevo de David McKiernan, comandante estadounidense en Afganistán desde hace menos de un año, ha sido interpretado en Washington como una medida excepcionalmente drástica. Se ha comparado incluso con la destitución del legendario general Douglas MacArthur, en plena de guerra de Corea, en 1951, debido a sus discrepancias con el presidente Harry Truman.

McKiernan fue el hombre que dirigió a las tropas terrestres durante la invasión de Iraq, en el 2003. Pese a su brillante hoja de servicios, la Administración Obama considera que no tiene el perfil idóneo para la actual fase del conflicto en Afganistán y Pakistán. El presidente evitó realizar él mismo el anuncio, para no herir susceptibilidades en los rangos militares. Se encargó de ello el discreto y eficiente secretario de Defensa, Robert Gates, para quien se necesitan "ojos frescos" para dirigir la guerra y poner en práctica una nueva estrategia. El jefe del Pentágono admitió que la decisión "probablemente" pone fin de forma abrupta a la carrera de McKiernan.

La defenestración de Mc-Kiernan acentúa un cambio de filosofía. Al general relevado se le veía demasiado fiel a la doctrina tradicional del ejército en un tiempo en que se imponen nuevas tácticas contrainsurgentes, las que desarrolló con éxito en Iraq el general David Petraeus. Este, jefe del Mando Central norteamericano - que coordina todas las operaciones desde Oriente Medio hasta Asia Central-estuvo a las órdenes de McKiernan en el 2003, pero ahora era su superior y bendijo la sustitución. Petraeus da mucha importancia a la protección de la población civil y a la reconstrucción como vías para segar la hierba al enemigo.

No se puede descartar que el reciente bombardeo en Afganistán en el que al parecer murieron decenas de civiles inocentes pudiera haber acelerado la caída de McKiernan.

El nuevo comandante en Afganistán será el teniente general Stanley McChrystal, ex jefe de las fuerzas especiales, un estamento con creciente protagonismo en la estrategia norteamericana. McChrystal estaba al mando de las tropas que capturaron a Sadam Husein y que liquidaron al líder de Al Qaeda en Iraq, Abu Musab al Zarqaui. McChrystal estará asistido por un teniente general de origen hispano, David de Rodríguez, con experiencia en Afganistán al mando de la 82. ª división aerotransportada.

13-V-09, E. Val, lavanguardia