´Hay colchón: 3.500 millones´, Enric Juliana

El que gane dispondrá de un colchón de 3.500 millones de euros para afrontar la crisis en el País Vasco". Bilbao, 16 de febrero del 2009, siete de la tarde. En la sala de visitas de la sede central del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López dibujaba así, con trazo un poco grueso, una de las facetas más interesantes y menos conocidas de la gran batalla electoral que aquellos días estaba disputando con el Partido Nacionalista Vasco. 3.500 millones de euros de colchón. ¡Caray! ¿No sería una esas típicas exageraciones bilbaínas? Ya saben: "Dos por el precio de uno que para eso somos de Bilbao".

No, no era una exageración. Al día siguiente, el abogado Txema Montero, que nació en Deusto y es persona amable y contenida, confirmaba la existencia del mullido colchón: "Te puedo asegurar que el que gane se encontrará con la caja llena, con lo cual entenderás lo mucho que está en juego".

¿De dónde salen esos 3.500 millones? Del privilegio fiscal vasco, obviamente. Del fuero. Del pacto que puso fin a la tercera guerra carlista. Y de la severa gestión de la hasta ayer vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia (PNV), también conocida como la virgen del puño,que estos últimos años de fuerte recaudación fiscal ha restringido notablemente el gasto. Con sólo igualar su deuda pública a la media española (hoy todavía inferior al 60% del PIB), la Administración vasca podría disponer en los próximos meses de recursos adicionales por valor de 3.500 millones de euros (medio billón de las antiguas pesetas) para adoptar todo tipo de medidas paliativas de una crisis que también ha penetrado en sus hermosos y cerrados valles.

Hay margen. Y hay grandes proyectos en marcha - las obras de la Y ferroviaria vasca (corredor atlántico) y la ampliación del puerto de Pasaia, por ejemplo-en los que poder invertir de manera estratégica y con resultados mucho más provechosos que los del improvisado plan E del Gobierno Zapatero.

No sabemos cómo rebotará a partir de ahora la pelota vasca, pero hay colchón. Mucho colchón.

6-V-09, Enric Julaiana, lavanguardia