´Europa no es una coartada´, Lluís Foix

Europa no es una coartada para que los partidos libren una batalla electoral pensando más en sus propias tácticas internas a corto plazo que en en lo que se juega en la renovación del Parlamento Europeo en tiempos de crisis y desconcierto.

El proceso que ha llevado a la actual Unión Europea es el éxito político, social y económico más relevante que recuerdan los tiempos. Lo habitual en Europa a lo largo de los siglos han sido las guerras que han devastado el continente cada dos generaciones. El hecho de que no se observe en el horizonte un enfrentamiento armado en la Unión es un logro de una gran civilización que no quiere repetir los errores revanchistas y miserables del pasado.

Es grotesca la actitud de Silvio Berlusconi al frivolizar las elecciones europeas proponiendo, en un primer intento, colocar en las listas a señoras guapas y de muy buen ver, famosas por participar en concursos de televisión y otros programas triviales. Es una iniciativa que no favorece la causa de la dignidad de las mujeres, que no necesitan de las fantasías berlusconianas para participar activamente en todos los estamentos de la sociedad.

El Reino Unido viaja rezagado en Europa. No es invención suya y se sube al carro europeo cuando se ha demostrado que sus catastróficos vaticinios no se han cumplido. Sarkozy intentará corregir sus bajos índices de popularidad en Francia haciendo una campaña en clave interna.

Lo mismo cabe decir de España, donde las elecciones europeas se libran en clave interna como si lo que ocurra en Europa fuera ajeno a los intereses de los españoles.

¿Cuántos candidatos pueden expresarse en la lengua vehicular del momento? Pocos.

En Alemania existen también las luchas partidarias practicadas en las costillas de Europa. Pero debemos a Alemania la generosidad y la visión para que los europeos hayamos gozado del periodo de más prosperidad y convivencia de los últimos siglos. Fue Thomas Mann quien dijo al final de la última guerra que prefería una Alemania europeizada a una Europa germanizada. También el canciller Kohl, en un célebre discurso en la Universidad de Lovaina, declaró solemnemente que su europeísmo reposaba en la confianza de que no hubiera guerras en el siglo XXI. La crisis la superaremos con más Europa y más solidaridad entre sus pueblos. Menos coartadas y más visión amplia.

5-V-09, Lluís Foix, lavanguardia