´Superar las contradicciones´, Baltasar Porcel

Los comentarios y críticas a Zapatero se centran mucho en las contradicciones que lo atrapan, al menos en teoría, pues no logra compaginar, ni nadie cree que lo haga, salvo los paniaguados - que además quieren imponer, no entender-,su España plural con una mayoría parlamentaria que le permita gobernar en España, ni con el Estatut y la financiación catalanes. Sin embargo, la misma trampa esposa al PSC, sin que aparente ninguna preocupación mayor, y siga silbando por ahí, coreado por ICV, más instalacionista que verdicomunistada.

Sólo ERC ha asumido pública o dialécticamente las contradicciones en que se halla, y Puigcercós dice que si el Gobierno o el Estado no satisfacen a Catalunya - ¿qué Catalunya, pocos protestan mucho?-,habrá que plantarse. Desde luego, pero ¿cómo y ante quién? Otros preconizan una declaración unilateral de independencia emitida por el entero Parlament catalán, pero no parece que pueda tener lugar, que fuera respaldada por la ciudadanía ni que el Estado ni la Unión Europea la respetaran o temieran.

Algo, no obstante, habría o habrá que hacer, si todo sigue así, y ERC tendrá que ir más allá - ¿CiU no, por qué?-,pues hurtándose a sus propios compromisos no sólo sus votantes se sienten defraudados, sino que sus rivales le pierden una ya mínima consideración. Sólo cabría, entonces, acaso un abstencionismo o desobediencia institucionales, en hipotético sentido emersoniano, supongamos dejar caer el Govern de la Generalitat entero, y que el de Madrid se encallara al máximo. Por tanto, una parálisis en que se gobernaría sólo en funciones, lo que motivaría una absoluta y radical convocatoria de elecciones, con las que se vería adónde en verdad apunta la voluntad popular, obrando la partitocracia en consecuencia. O no, porque este país, o países, no acaba de creerse eso de las multitudes divergentes aunque coexistentes. Pero a la fuerza ahorcan, y si no razonamos, tendremos que obedecer a un alto mando o al azar. En fin, bienvenida la coherencia que intenta aplicar, ¿o sólo glosar?, ERC a su formación y sobre la colectividad. Y si está bien que Pujol le recuerde al Gobierno central el significado de la Diada, tampoco sirve para mucho preciso. En fin, en paralelo a todo ello, insisto: léase personal y comunitariamente a Emerson, que además era muy vivaz y panteísta, amén de justicialista. Constituiría una gran forma de blindarnos el espíritu, que la política entumece, y esto ahora que la mayoría ya hemos leído a Larsson, sin saber por qué, y una sermoneada minoría a Rodoreda por catalana y mujer - y ya recomendé a Arendt-.Pero Obama, que nos flipa, ha leído con objetivada pasión a Emerson, y actúa desde él y de sí mismo. Eso del mero pragmatismo abusivo de Estados Unidos forma también parte de nuestros prejuicios. Peor Castro con o sin bloqueo.

26-IV-09, Baltasar Porcel, lavanguardia