AFPAK i el preu de ser dona

Un nuevo código de familia que haría retroceder los derechos de las mujeres afganas a la época de los talibanes ha sido frenado por Hamid Karzai. La presión internacional, sobre todo de los aliados de la OTAN que han comprometido tropas y dinero para rescatar Afganistán de la guerra y el atraso económico, ha obligado al presidente de Afganistán a devolver el texto al Ministerio de Justicia para su revisión.

El proyecto de ley prevé castigos para las mujeres que salgan de casa sin permiso de sus maridos, aunque una última versión lo permitiría "por razones legítimas y dentro de los límites de la tradición". Asimismo, obliga a las mujeres a mantener relaciones conyugales como mínimo cada cuatro días, lo que según los detractores de la ley equivale a legalizar la violación dentro del matrimonio.

La reforma legal debía convertirse en el nuevo derecho de familia para la minoría chií (15%), mientras que la ley prevista para la mayoría suní -entre ellos, los pastunes, etnia de los talibanes- aún está en discusión.

El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop, habría comunicado a Karzai la contradicción de enviar tropas a Afganistán para defender valores universales si luego sus leyes pisotean los derechos de la mujer. También la secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, o el primer ministro británico, Gordon Brown, habrían transmitido sus críticas al presidente afgano. Karzai habría pactado la reforma con religiosos y políticos chiíes con vistas a ganarse el voto de esta confesión - perseguida por los talibanes-en las elecciones presidenciales del 20 de agosto.

La talibanización sin talibanes - rocambolescamente hecha posible gracias a la retórica antitalibán de las nuevas estructuras democráticas de Afganistán financiadas y apoyadas por Occidente-contrasta con la talibanización propiamente dicha de las zonas pastunes de Pakistán. Esta semana salían a la luz imágenes del azotamiento público de una adolescente por parte de un grupo de talibanes en el valle de Suat, donde la charia es la única ley desde hace un par de meses, con el visto bueno del Gobierno. El motivo aducido por los talibanes fue precisamente que la chica había salido de casa con un chico que no era su marido. Pero el hombre que grabó la escena con su móvil dijo ayer a un periódico pakistaní que no era más que la venganza de un pretendiente rechazado que luego se unió a los talibanes.

Desde esta semana, Afpak - un eufemismo para evitar el término Pastunistán-está más que nunca en el centro de las preocupaciones internacionales. Aunque once ONG sobre el terreno ya han advertido que el refuerzo de tropas provocará un aumento de víctimas civiles y una mayor erosión del apoyo a la presencia militar extranjera.

Está por ver el efecto de la nueva estrategia de implicar activamente a los países vecinos. Singularmente a Irán, que aun rechazando la ocupación militar se ha comprometido a luchar contra el tráfico de opio, fuente de financiación de los talibanes y de corrupción a todos los niveles. No está de más señalar que la lengua hablada en Teherán y en Kabul es, a grandes rasgos, la misma. Por su parte, Rusia, heredera del ex ocupante soviético, ya permite el tránsito por su territorio de suministros militares para los ejércitos alemán, francés y norteamericano. Algo importante, después de que Kirguistán - de vuelta al redil postsoviético- confirmara el cierre de la base aérea de la que disfrutaba Estados Unidos. Hasta ahora, el 80% de los suministros de la OTAN circulaba a través de Pakistán, donde el marasmo crece.

5-IV-09, J.J. Baños, lavanguardia