indigenisme i (falsa) neutralitat de la sobirania de lŽEstat

En Bolivia, en Ecuador, el indigenismo ha tomado la delantera sobre el sindicalismo de las revueltas obreras y agrarias. El problema ya no se plantea entre dictadura y revolución o conservadurismo y socialismo en el marco jurídico del Estado nación sino en este mismo. Es el debate sobre si el Estado liberal ha sido y es instrumento de exclusión, dominio y opresión de las poblaciones amerindias en vez de garantía para la libertad e igualdad entre los ciudadanos como sujetos de derecho. Y en este sentido, lo que la nueva Constitución boliviana pone por ejemplo en cuestión de manera razonablemente discutible es el principio universal de que la ley no admita excepciones por razones de sexo, raza, religión o costumbres.

...¿Existe un derecho codificable a la diferencia por razones étnicas, comunitarias, de autoidentificación como pueblo, y, por lo tanto, el regreso al derecho consuetudinario de entidades anteriores al Estado? ¿Es este Estado una abstracción, pura convención? ¿Pero no lo son a su vez, pasando sobre la realidad de la persona concreta y sus derechos, las comunidades que reclaman el derecho a la diferencia frente a la igualdad y la libre opción de la persona, sobre todo en una época aceleradamente globalizada e intercomunicada? En América Latina se está produciendo una revolución de fondo y de gran proyección hacia un mundo en el que según organismos internacionales hay 370 millones de indígenas de 5.000 pueblos repartidos en setenta estados. Es una realidad en la cual las Naciones Unidas han entrado sirviéndose de diversas resoluciones, siempre de tan difícil como necesaria aclaración.

29-III-09, C. Nadal, lavanguardia