Xina ataca al Dalai Lama (mentres aïlla als ´seus´ tibetans)

"La postura china sobre la región autónoma de Tibet es consistente y clara. Se trata de una parte inseparable de China". Con esta rotundidad, el primer ministro chino, Wen Jiabao, expresó ayer la posición del Gobierno de su país en la rueda de prensa que siguió al fin de la sesión plenaria anual de la Asamblea Nacional Popular, que durante nueve días se ha celebrado en Pekín.

El mensaje tenía unos destinatarios claros. Sin nombrarlos, el jefe del Ejecutivo chino se refería a EE. UU. y a Francia. Al primero por la resolución de apoyo a Tíbet adoptada por el Congreso esta semana y al segundo por sus continuas muestras de simpatía hacia las tesis del Dalai Lama.

No obstante, ayer, en una rueda de prensa multitudinaria, Wen dejó la puerta abierta al diálogo. Su única condición fue que el Dalai Lama abandone su defensa del separatismo. Explicó que en el 2008, delegados chinos y tibetanos se reunieron en varias ocasiones sin lograr avances.

El veterano líder chino dio a entender que estos contactos podían tener continuidad, pero puso condiciones. "La clave está en que el Dalai Lama demuestre su sinceridad para que las negociaciones puedan alcanzar resultados sustanciales". El mandatario chino planteó esta posibilidad tres días después de que el líder religioso, exiliado en India desde 1959, acusara a Pekín de convertir Tíbet en "un infierno en la tierra" y justo la víspera del primer aniversario de los violentos disturbios que enfrentaron a chinos y tibetanos en el 2008. Unos choques que se saldaron con unos 140 muertos, según el exilio tibetano, y que el Gobierno chino reduce a 19.

A Wen no le tembló el pulso ayer a la hora de definir al monje budista ante la prensa internacional que lo escuchaba en la tercera planta del Palacio del Pueblo, junto a la plaza de Tiananmen.

Lo describió como un exiliado político y no como una figura religiosa. "El Dalai Lama viaja a través del mundo, de país en país, y puede confundir a algunas figuras políticas", afirmó el primer ministro, que no dudó en añadir que "algunos países occidentales también lo utilizan". Fue una primera indirecta a Francia.

Después, Wen ya se refirió abiertamente a las frías relaciones que mantiene su país con Francia tras la entrevista que Sarkozy celebró con el líder religioso en Polonia. "Tíbet es un asunto de China y no admitimos injerencias exteriores", subrayó.

No obstante, el líder chino se remontó a la historia para expresar su confianza en el futuro. Recordó que Pekín y París tienen relaciones diplomáticas desde hace 45 años, dijo que "en su conjunto avanzan" y que espera que mejoren. Pero indicó que para ello es necesario que las autoridades francesas reflexionen. "Esperamos que Francia comprenda el asunto tibetano y se esfuerce en recuperar los vínculos, ya que la mejora de las relaciones chinofrancesas también mejorarán las de China con la UE", dijo Wen.

Para ello, el mandatario chino señaló que al Dalai Lama no sólo hay que escucharlo, sino también analizar sus hechos. "En las propuestas de paz que hizo en EE. UU. y Francia dijo cosas que luego negó, como su deseo de que salgan de Tíbet las tropas chinas y se frene la entrada de población han (etnia mayoritaria china). Miente", aseveró tajante.

14-III-09, I. Ambrós, lavanguardia