Obama cumplió su promesa electoral y, en sintonía también con los comandantes sobre el terreno, ordenó el envío de 17.000 soldados adicionales a Afganistán para frenar la vuelta de los talibanes. EE. UU. prevé añadir otros 13.000 efectivos en el país centroasiático. Es la primera medida de esta índole tomada por el nuevo presidente, que llegó a la Casa Blanca con la aureola de haberse opuesto a la guerra de Iraq.
19-II-09, E. Val, lavanguardia