entrevista al candidat de CiU Ramon Tremosa

Ramon Tremosa (Barcelona, 1965), candidato de CiU a las elecciones europeas, repasa el actual momento de crisis y, como economista, propone sus recetas para superarla. La cita electoral y el panorama político de futuro de Catalunya forman parte también de su análisis.

¿Cómo ha sido su aterrizaje en el mundo de la política, más movido de lo que se esperaba?

Con los problemas que tiene el país, no esperaba tanta atención mediática. Pero el ciudadano tiene derecho a saber quién es Ramon Tremosa, a pedir explicaciones y a hurgar en su pasado.

¿Lo dice por haber ocultado su anterior militancia de diecisiete años en CDC?

No oculté nada. Si me lo hubieran preguntado, lo habría dicho.

El principal problema del país es, sin duda, el económico.

La crisis económica es muy grave y requiere pactos transversales. Zapatero, en cambio, se sitúa en el extremo más radical del arco parlamentario. Incluso CC. OO. admite que será necesaria más flexibilidad y Zapatero sólo sabe decir que no flexibilizará el mercado laboral. ¿Qué quiere, cuatro millones de parados? ¿Este es el país que debía superar a Italia, Francia y Alemania? Los liderazgos se manifiestan en épocas de crisis, y Zapatero ha gestionado bien la bonanza del tocho, pero no tiene ni experiencia ni sensibilidad para saber cómo se crea un puesto de trabajo.

¿Cuál es su receta para combatir la crisis?

¿Qué hacen en Alemania, el SPD y la CDU? Rebaja del 15% de la cuota patronal y de los trabajadores a la Seguridad Social y supresión del IRPF para las rentas más bajas. La prioridad en una crisis es salvar todos y cada uno de los puestos de trabajo, y no decir que eres el campeón de la protección social cuando cada día tienes miles de nuevos parados.

¿Es partidario de reeditar los pactos de la Moncloa como propuso Duran Lleida?

Es muy grave que el Gobierno sea incapaz de tejer una alianza de largo alcance. Suspenso como Gobierno. ¿Qué hace Zapatero? Parches electorales en los ayuntamientos sin afrontar reformas estructurales.

¿Y en Catalunya?

En los últimos cinco años, Catalunya ha recibido a millón y medio de personas. Todos los servicios sociales, educación, sanidad, dependen de la Generalitat, pero el Gobierno teóricamente amigo no da los recursos para poder atender estas necesidades. Y como el Gobierno amigo no hace su trabajo y Zapatero no cumple, la Generalitat se tiene que endeudar más, con una nueva emisión de 5.000 millones de euros de deuda pública la semana pasada. Es increíble que Castells no diga nada, que no lo denuncie. La situación es gravísima, porque el PSC votó gratis los presupuestos del Estado al PSOE.

¿El referente es Obama?

Obama tiene una épica innegable. Pero le costará recuperar la economía, porque los errores heredados son profundos y la recesión fuerte.

La economía, en cualquier caso, será el eje de la campaña de CiU para las europeas.

A Bruselas iré a defender los intereses económicos y nacionales de Catalunya, de su modelo comercial y de su red de pymes industriales singular, de su lengua propia, de sus fiestas tradicionales, y de la nueva vía de tren dedicada a mercancías de los puertos valencianos y catalanes hacia Europa y que nos podría convertir en la Holanda del sur... y que no interesa a Zapatero.

¿Será complicado para un independentista hacer una campaña de perfil soberanista bajo como se ha pedido desde UDC?

Soy liberal de izquierdas y nunca me he definido como independentista.

Soy partidario de usar muy poco las grandes palabras. La palabra federalismo, por ejemplo, me inspira un gran respeto, pero el PSC lleva treinta años prostituyéndola. Carles Cardó decía que la independencia no se pide, sino que se proclama y se defiende. No soy independentista a la manera que lo entiende la cúpula de ERC.

¿De qué manera es independentista, pues?

El traspaso del aeropuerto de Girona a la Generalitat equivale al 5% de la independencia de Catalunya. ERC ha hecho dos tripartitos y regaló una investidura a Zapatero, pero no ha logrado el traspaso de dicho aeropuerto. Cuando tengamos los aeropuertos y una financiación federal, sólo entonces se debería hablar de palabras mayores.

Es independentista a plazos.

Una independencia sin concierto económico, por ejemplo, no me interesaría. En cambio, podría estar cómodo en España con una financiación como Navarra, una gestión aeroportuaria como Baviera y una selección de fútbol como Escocia.

¿Ve factible un pacto de futuro entre CiU y ERC?

Es ERC quien no quiere pactar con CiU. La verdad es que di un margen al primer tripartito, y a poco que hubiera hecho bien su trabajo hoy no sería candidato de CiU.

¿De quién lo sería, entonces?

De nadie. Estaría viviendo en mi torre de cristal de la universidad.

¿Y la sociovergencia?

La sociovergencia ya podía haberla hecho el PSC, pero también prefiere el tripartito. Desconozco con quién querrá pactar CiU, pero intuyo que PSC y ERC persisten en el error y que su intención es hacer más tripartitos, por eso me presento con CiU: no podemos permitirnos más gobiernos paralizados e ineficientes.

¿Por qué ha vuelto a CDC?

No he vuelto, sigo de independiente. La Casa Gran del Catalanisme es el primer ensayo serio de fórmulas de democracia avanzada. En los últimos años, en Catalunya, con el Estatut, ha habido un gran desgaste político y la abstención catalanista ha crecido mucho. La política tiene que reaccionar. Si Artur Mas puede formar gobierno en la Generalitat, creo que intentaría algo similar a Obama o Sarkozy: incorporar a quienes cree con aptitudes por encima de carnets.

14-II-09, J. Gisbert, lavanguardia