´Esto se lía´, Xavier Bru de Sala

Casi tiene razón el PP. No se puede tener contentos a todos los presidentes autonómicos con el nuevo modelo de financiación. Alguien tiene que salir perdiendo. No será el gasto disponible para el Gobierno central, porque se reserva un muy holgado e injustificado cincuenta por ciento. El déficit aumentará de entrada, pero la financiación de las administraciones públicas debe ser equilibrada, no a medio plazo sino a la corta. Así que quedan las dos mayores, Andalucía y Catalunya. El presidente andaluz no se queja porque vendrá luego con la enésima deuda histórica y cobrará lo que le plazca, como siempre ha sido y ya debe de estar contado, o descontado en las cuentas verdaderas, que danzan bajo llave. Por eliminación, queda Catalunya. ¿Será posible? ¿Habrán tenido la osadía de pergeñar un sistema en el que la gran perjudicada histórica siga siéndolo, mientras todas las demás avanzan, tanto las que ya salían ganando como las otras esquilmadas? ¿No se ha originado toda esta movida por las protestas catalanas, a fin de paliar nuestro abultado e insostenible déficit fiscal? Estaríamos frescos. ¿Lo estamos?

Pasemos a la política, pues quienes deciden se mueven ante todo por criterios, mejor dicho conveniencias políticas. ¿Qué le conviene a Zapatero? Lo de antes. Que caiga Montilla - antes Maragall-,que suba Mas y a intercambiar apoyos entre PSOE y CiU, mientras Catalunya se fastidia, mientras el PSC se debilita y desacredita hasta convertirse de nuevo en una maquinaria electoral del PSOE. La única zancadilla de la que dispone el PSOE para que Montilla tropiece es la financiación. Que la oferta provoque, por baja y hasta vejatoria, la ruptura del tripartito, elecciones anticipadas y CiU al poder. Es de libro. La dificultad, la única (descartando que Esquerra e Iniciativa traguen con cualquier cosa), estriba en el plante del presidente catalán.

Llegados a este punto, la pregunta sólo puede ser una: ¿puede Zapatero llevar adelante unos acuerdos de los que todos participen, hasta con entusiasmo, mientras Catalunya dice no? En clave española, la respuesta es que le iría de perillas. Sería la coronación, la glorificación, la entronización. Rabo catalán cortado y diez vueltas al ruedo hispánico. ¿Y en clave catalana? El precio que pagar sería el distanciamiento del PSC. Cuya gravedad dependería de la traducción en votos y escaños en las generales. A ojo de buen cubero y ante la imposibilidad de las pertinentes comprobaciones, es probable que saque más en el resto de las comunidades de lo que pudiera perder en Catalunya… anoser que se produjera una situación de empate con el PP, ante el cual los catalanes volverían a volcarse a favor de Zapatero para frenar a Rajoy o a quien le suceda.

Se mire como mire, y contando con que solamente perjudicando a los catalanes salen las cuentas del Reino a satisfacción de todos los demás, el lío está servido. Esquilarnos no es gratis: es el gran negocio.

12-I-09, Xavier Bru de Sala, lavanguardia