Obama pot estrellar-se a Afganistan-Pakistan

Barack Obama se ha presentado como el más halcón de los halcones respecto a la guerra contrainsurgente en Afganistán y Pakistán. Si existe "inteligencia fiable" (sic) sobre la presencia de líderes de Al Qaeda o talibanes, no le temblará la mano -insiste el presidente electo- ante la opción de emprender ataques militares dentro de la montañosa región fronteriza de Waziristán sin consultar con el Gobierno pakistaní.

Pero, al margen de lo que califica de "la demagogia de la campaña electoral", Tariq Ali, escritor anglopakistaní cuyo nuevo libro El duelo (Alianza, 2008), centrado en Pakistán, acaba de salir a la venta en España, cree que Obama se enfrentará a una realidad cruda en Waziristán, la misma que afrontó el virrey británico de la India lord Curzon: "No habrá paz hasta que la apisonadora militar haya pasado por encima del país de cabo a rabo", dijo Curzon a mediados del siglo XIX. "Pero no quiero ser yo quien lo autorice", añadió.

El libro es una crítica implacable a la complicidad británica y estadounidense en la violencia que ha caracterizado Pakistán desde su fundación sangrienta hace exactamente 60 años y traza una línea directa entre el dilema imperial desde Curzon hasta Obama."La estrategia de la OTAN en la región ha fracasado estrepitosamente", dijo Ali en una entrevista para La Vanguardia la semana pasada. "Generales británicos y alemanes han reconocido que no hay forma de ganar la guerra; mis fuentes me dicen que España quería salir ya antes de la celebración de las últimas elecciones".

Es más, añade, Obama corre el riesgo de perder el apoyo de su aliado más importante. El ejército pakistaní, con línea directa con el mando militar estadounidense Centcom que pasa de largo al Gobierno de Islamabad, empieza a desentenderse de Waziristán, donde la población pastún son los daños colaterales de los ataques antitalibanes. "El apoyo del ejército pakistaní a EE. UU. flaquea con cada muerte de civiles por aviones robot", dice Ali. "No hay un amotinamiento abierto pero jóvenes oficiales prefieren jubilarse si les mandan a la zona a matar a sus compatriotas", añade. Muchos pastunes jamás han reconocido la línea Durand establecida por los británicos para separar India de Afganistán, 55 años antes de imponer la segunda frontera regional, entre India y Pakistán. "Por eso, dan cobijo y alimentos a las guerrilla", dice Ali. El ejército entra en fase levantisca también por sus propias bajas. "No se suele decir, pero han muerto más soldados pakistaníes que soldados y mercenarios estadounidenses en la guerra fronteriza afgana", resalta Ali.

Por eso, Obama "no tendrá más remedio que preparar una estrategia de salida", sentencia Ali. La única forma de poner fin a la larga guerra de Afganistán, así como de resolver las tensiones entre Pakistán e India, es mediante soluciones regionales sin la presencia ni de EE. UU. ni de Europa. "Irán , Rusia Pakistán e India son los que deben garantizar un gobierno en Afganistán, porque es obvio que la OTAN no lo puede hacer", dice. Y el mejor camino a la paz entre Pakistán e India es mediante una unión en el sur de Asia comparable con la Unión Europea. Aunque las soluciones regionales de Ali parecen estar a años luz del continuismo de Obama, que mantiene el mismo secretario de Defensa que Bush, hay algún indicio para pensar que el presidente electo puede tener debajo de la mesa un plan B para Pakistán y Afganistán.

El principal asesor de Obama sobre Pakistán, Bruce Riedel, ex director de la CIA, ha recomendado el libro de Ali en una reseña en The Washington Post,y respalda la idea de la unión del sur de Asia. Los editores de El duelo aseguran que Obama llevaba un ejemplar del libro en su avión durante su gira electoral.

9-XII-08, A. Robinson, lavanguardia