Gran Duc de Luxemburg bloqueja llei sobre eutanąssia

El pequeño Estado de Luxemburgo está revolucionado por culpa de la rebeldía de su monarca, el gran duque Enrique, quien por una vez se ha salido del guión. Aunque su familia es raramente objeto de polémica en un país que no llega al medio millón de habitantes, esta vez la negativa del gran duque a firmar una ley aprobada por el Parlamento luxemburgués que autoriza la eutanasia ha desatado la tempestad. El primer ministro, Jean-Claude Junker, ha atajado por la vía rápida: se va a reformar la Constitución para recortar el poder del gran duque en sus funciones de monarca. "No participará más en el ejercicio del poder legislativo", aseguró tajante el ministro de Justicia del país, Luc Frieden.

A principios de esta semana, el gran duque Enrique sorprendió a sus ciudadanos cuando informó a los responsables parlamentarios de su negativa "por razones de conciencia" a firmar la ley de la eutanasia. Aunque es sabido que es una persona de valores católicos, nunca antes se había salido del camino de la neutralidad ni se había negado en redondo a firmar una ley. Ahora ni siquiera ha optado por la decisión salomónica de abdicar durante 48 horas (como ya hizo en 1990 el rey de Bélgica para evitar aprobar la ley del aborto). Simplemente no quiere firmarla.


Gran Duque Enrique de Luxemburgo

Lo que en otros países se convertiría en una grave crisis política y en enfrentamientos interesados, en Luxemburgo nadie le ha discutido al Gobierno la solución que se ha sacado del sombrero. En realidad, el cambio es mínimo: se limita a suprimir el término "sancionar" (las leyes) entre las funciones reservadas al jefe de Estado. De esta manera, el gran duque sólo deberá "promulgar" las leyes, lo que no implica que tenga que estar de acuerdo con ellas. "Queremos evitar una crisis institucional y al mismo tiempo respetar la opinión del gran duque", declaró Junker.

La ley que autoriza la eutanasia tendrá que esperar unos meses, quizás hasta la próxima primavera, para entrar en vigor, el tiempo justo para reformar la Constitución.

4-XII-08, L. Forés, lavanguardia