persistència de l´escola pública nacionalcatòlica

La "batalla" por la retirada de los símbolos religiosos del colegio público Macías Picavea, de Valladolid, comenzó en el curso 2005-2006, cuando unos padres comprobaron que las aulas y otras dependencias comunes del centro escolar estaban "plagadas" (según sus palabras) de crucifijos, estatuillas y cartulinas con imágenes religiosas. Estos padres consideraban que la presencia de estos símbolos vulneraba derechos fundamentales recogidos en la Constitución, como el de igualdad y el principio aconfesional del Estado. Tres años después, el juez Alejandro Valentín Sastre, magistrado del juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de Valladolid, anula la decisión del consejo escolar del centro de mantener esas imágenes y ha ordenado su retirada.

La sentencia, firmada el pasado 14 de noviembre y contra la que cabe recurso, recuerda una y otra vez la "laicidad y neutralidad del Estado", establecida en la Constitución, lo que implica que "el Estado no puede adherirse ni prestar su respaldo a ningún credo religioso ya que no debe existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado le es más o menos próximo que a sus conciudadanos", señala el juez.

Dicho esto, el magistrado hace especial hincapié a la presencia de estos símbolos en un colegio público en el que "se imparte enseñanza a menores; estos se encuentran en plena fase de formación de su personalidad". La presencia de estos crucifijos, señala el juez, puede provocar en los pequeños el sentimiento de que el Estado está más cercano a la religión católica que a otras confesiones respecto de las que no está presente ningún símbolo en el centro, "con lo que el efecto que se produce, o puede producirse es la aproximación" al catolicismo "por considerar que es más próxima al Estado y una forma de estar más próximo a este".

Al hilo de esta argumentación, la sentencia incide en que "especialmente sensible al tema de la libertad religiosa es la educación, pues en la fase de formación de la personalidad de los jóvenes la enseñanza influye decisivamente en su futuro comportamiento respecto de creencias e inclinaciones, condicionando sus conductas dentro de una sociedad que aspira a la tolerancia de otras opiniones e ideales que no coincidan con los propios".

Ni que decir tiene que la sentencia ha sido acogida con gran satisfacción por la Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid (ACEL), creada en el inicio de la "batalla", aunque lamentan que hayan tenido que transcurrir más de tres años para conseguir que se dejaran de "violar" derechos fundamentales. Según esta asociación, el retraso ha sido debido el "empecinamiento" del consejo escolar del Macías Picavea, y a la Consejería de Educación que "con su contumaz negativa ha contribuido a que se prolongara la situación".

Tras esta decisión judicial -y siempre que el Gobierno regional no recurra la sentencia-sólo quedaría un colegio público, el Isabel la Católica, de los 38 que hay en la capital pucelana con símbolos religiosos.

22-XI-08, C. López, lavanguardia