"Leerse a uno mismo", Cristina Castro

Tras años de lucha contra el terrorismo que ha asolado Europa y Oriente Medio, finalmente la lotería de la mala suerte le tocó a España. Y desgraciadamente, la rabia despertada por este acto terrorista ha cegado a muchos, que, prestos, salen a la calle a culpar al islam de los atentados. Pero no es tan sencillo.

Lo peor de las religiones es su ambigüedad. Un lector cualquiera de la Biblia o del Corán sería capaz de encontrar en estos libros mensajes contradictorios que hacen que dicha religión sea de difícil interpretación. Por ejemplo, el verso coránico 5.32 dice: “Si alguien mata a una persona, sería como si matase a toda la humanidad”, pero el verso 4.89 del mismo libro justifica el asesinato de infieles.

Y aunque no sea tan mencionado, lo mismo ocurre con la Biblia. Deuteronomio 5.17 dice claramente: “No matarás”, pero unas páginas más adelante, Deuteronomio 17.5 promueve la lapidación de aquellos que sigan a otros dioses. Tanto aquellos que de­seen hacer el bien como el mal encontrarán alguna justificación para llevar a cabo tales hechos en cualquier libro, porque cuando leemos un libro, a la vez nos leemos a nosotros mismos.

25-VIII-17, Cristina Castro, lavanguardia