perquè hem torturat durant 22 anys, fins a la mort, a (l’ós polar) Arturo?

Tenía 30 años, se llamaba Arturo y era el único oso polar que vivía en cautividad en Argentina.

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Arturo vivía en el zoo de Mendoza desde hacía ya 22 años, bajo unas condiciones de vida lamentables que le hacían su día a día insoportable.

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#YoSoyArturo

Han sido muchas las personas que desde todos los rincones del mundo lucharon por su libertad, por librarle de sus pesadas cadenas que no hacían sino volverle loco. Solía realizar movimientos repetitivos y extraños debía al estrés causado por la cautividad a la que estaba sometido.

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https://www.youtube.com/watch?v=blBf9epGi94
“Recordemos que no era el único animal en cautiverio y en pésimas condiciones, sino solo un ejemplo más de cómo funcionan actualmente la mayoría de los zoológicos de nuestro país, priorizando la exhibición con fines comerciales y recreativos sobre la conservación y el bienestar animal“, señada Soledad Sede, del equipo de Campañas de Greenpeace.

El traslado a una reserva de Canadá, tal y como sus defensores abogaban, fue finalmente imposible. El zoo alegaba que las condiciones en las que se encontraba Arturo le imposibilitaban realizar el viaje, no obstante, las circunstancias en las que estaba el pobre animal hacía ese desplazamiento más que necesario.

Esta historia, aparentemente aislada, revela la gran pregunta que debemos todos plantearnos hoy en día:

¿para qué sirve un zoológico?

¿Y cómo llegó un mamífero de las zonas más congeladas del planeta a vivir en Mendoza, una provincia argentina con un clima templado?

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Bertonatti destaca que según la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA, por sus siglas en inglés), un zoológico debe tener cuatro objetivos primordiales: la conservación de las especies amenazadas y de los ambientes naturales, la educación ambiental, la investigación y la recreación.

“Los zoológicos deben trabajar al servicio de la naturaleza que está fuera de los zoológicos. Deben ser una herramienta para conservar los ambientes naturales que hoy están siendo arrasados”, dice Bertonatti.

Muchos de nosotros ya no estamos dispuestos a aceptar la existencia de zoológicos tal y como se concebían (y se conciben). Deben transformarse de inmediato o desaparecer.

Descansa en paz, Arturo. Por fin eres libre.

Siempre tendrás un hueco en nuestros corazones.