"Democracia frente a partitocracia", Enrique Dans

La partitocracia, un interesante concepto que refleja perfectamente la realidad española actual. Copio y pego de Wikipedia:

Es un término que se utiliza para designar el sistema de gobierno en el cual, aunque teóricamente se vive en democracia, los actores principales y únicos del panorama político son los grandes partidos políticos. Estos, a base de un sistema democratico de turnismo, se van pasando el gobierno de forma consecutiva, coartando las posibilidades de que los ciudadanos expresen su voluntad real más allá de los partidos ya existentes.

Plantéatelo: no vives en democracia. Vives en una parodia de ella, en la que partidos como PP, PSOE o, a escala catalana, CiU, han conseguido convencerte de que eran las únicas alternativas, “el voto útil”. Las elecciones, todo ese ceremonial de acudir al colegio electoral e introducir la papeleta en la urna, se han convertido en una absurda pantomima, en algo completamente irrelevante. Pase lo que pase, uno de los grandes partidos saldrá elegido y disfrutará de cuatro años más para hacer lo que sus verdaderos accionistas le hayan pedido que haga. Tu voluntad, tu voto, tus intereses… son completamente irrelevantes.

Partidos convertidos en grandes empresas ineficientes, sujetos a dinámicas de escalafón, que premian la obediencia, cuajados de casos de corrupción a todos los niveles, que negocian con otras grandes empresas como bancos, eléctricas o sociedades de gestión de derechos de autor para obtener apoyos y dinero, mediante esquemas oscuros de financiación, condonaciones de préstamos y favores de todo tipo a cambio de favores cuando llegan al poder. Ninguno de esos partidos va a defender tus intereses: defienden únicamente a quienes les pagan.

Partidos que violan abiertamente la Consitución Española, esa que dice en su artículo 67 que

2. Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo

¿Sabías que los diputados y senadores están obligados en prácticamente todas las votaciones a mantener disciplina de voto, y que en algunos partidos hay estipuladas incluso sanciones económicas para aquellos que no lo hacen? No, los supuestos representantes de la ciudadanía hace mucho tiempo que no la representan. Los grandes partidos se han blindado para que no sea así. Quien rompe la disciplina, quien escucha a los ciudadanos, quien se opone al abuso, es represaliado y no sale en la foto.

Partidos que consideran la opinión de los ciudadanos como una injerencia externa en el funcionamiento de la Cámara porque pone en riesgo su modo de vida, ese Versalles particular cargado de privilegios indecentes en el que escenifican la parodia de una democracia. Algo que la tecnología, a base por ahora de situaciones aisladas y anecdóticas, empieza a poner en solfa. Va a ocurrir más, muchas más veces. Va a seguir ocurriendo. En dictaduras autoritarias, la tecnología ha servido para que los ciudadanos se coordinasen, saliesen a la calle y derribasen a los tiranos. En las partitocracias, la tecnología está sirviendo para escenificar el divorcio entre los ciudadanos y sus teóricos representantes.

La partitocracia, como el populismo, son cánceres de la democracia. Son formas que una generación de políticos aprovechados han encontrado para hackear el sistema, para retorcer supuestas democracias mientras siguen vendiéndolas como si lo fueran, como la única alternativa civilizada. La forma de luchar contra la partitocracia es volver a hackear ese mismo sistema, es lograr que los ciudadanos recuperen el poder sencillamente votando a otros. A otros que tengan claro la voluntad de quiénes tienen que representar. A los que rompan el sistema bipartidista, y de paso, modifiquen la ley electoral que lo provoca y posibilita, una ley electoral que pretende eliminar toda alternativa al bipartidismo. A los que estén de acuerdo en avanzar hacia sistemas de listas abiertas y hacia una democracia madura en la que los ciudadanos sean escuchados de verdad, en lugar de la triste parodia que vivimos hoy y que posibilita engendros como la ley Sinde amparándose en una teórica mayoría parlamentaria que absurdamente pretenden que representa la voluntad ciudadana. ¿Voluntad ciudadana? No me hagas reír. Sal a la calle y pregunta. No, con la ley Sinde superamos nuestra capacidad de aguante, de resistencia al absurdo.

La única opción que tenemos es que nos oigan. Abstenerse, votar en blanco o votar nulo no es más que una pataleta cuyas consecuencias no van más allá de un lamento, si es que lo hay, al día siguiente  de la jornada electoral. Son excepciones ya contempladas por la partitocracia, neutralizadas, de efecto perfectamente controlado. Lo que hay que hacer es votar a otros. Votar a opciones habitualmente minoritarias, poco representadas, que rompan el bipartidismo y fuercen a negociaciones en las que tengan que escuchar a los ciudadanos. Que sientan el efecto, que lo vean, con cara y ojos, sentado delante de ellos durante cuatro años. Si esto ocurre, en las siguientes elecciones será distinto, ya lo verás.

Infórmate. Participa. Hackea su campaña. Y sobre todo, #nolesvotes.

http://www.enriquedans.com/2011/04/democracia-frente-a-partitocracia.html