opinions sobre dret de vot dels immigrants

Algunes opinions sense ordre, concert ni acord.
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El líder d'Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ha rebutjat que els immigrants legals votin a les eleccions municipals llevat que no assumeixin una sèrie de deures. Ha denunciat que aquest debat "no és prioritari ara”, justament el dia que el PSOE i IU-ICV ha presentat una proposició no de llei per promoure el vot dels immigrants extracomunitaris en les municipals. La mesura afectaria 600.000 persones a Catalunya i uns 2 milions a Espanya.

En declaracions a les festes de Gràcia, Duran ha defensat que "No estic d'acord a donar als immigrants el vot en les municipals si abans no compleixen certs deures", com conèixer la llengua i la cultura de la terra d'acollida, així com "assumir els valors de la seva Constitució".

Ha afegit que "el principal problema de la immigració no és el dret de vot, sinó que ens segueixen entrant més immigrants dels que ens haurien d'entrar". Tot i així, ha reconegut que "pot ser que el final d'aquest debat, els immigrants tinguin vot en les municipals".

(eldebat.com, 18-VIII-06)


lavanguardia, 17-VIII-06, red/agcs.

Los grupos parlamentarios del PSOE y de IU presentarán hoy de forma conjunta una iniciativa con el objetivo de que todo inmigrante residente de forma legal en España pueda votar y ser votado en unas elecciones municipales, como ya hacen los extranjeros comunitarios. La proposición no de ley insta al Gobierno a que active los convenios que hay firmados con algunos países para que sus ciudadanos puedan votar. Además, pide que el Consejo de Estado interprete el artículo 13.2 de la Constitución, que señala que sólo los españoles son titulares de los derechos reconocidos de voto "salvo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o por ley para el derecho de sufragio activo o pasivo en las elecciones municipales".

La proposición afectará a unos dos millones de personas en España, más de medio millón de ellos en Catalunya. Actualmente, los noruegos son los únicos extranjeros extracomunitarios que pueden votar en España, mientras que los españoles pueden votar en Nueva Zelanda, Perú e Islandia. La proposición pide al Gobierno negociar convenios con los países con más residentes legales, "especialmente" con aquellos con los que mantiene una relación histórica, política y cultural...

Por su parte, el portavoz de ICV, Joan Herrera, dijo que la aplicación de la medida en el 2007 dependerá de la "voluntad política", ya que se trata de empezar ratificando los convenios ya pactados con Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela y Colombia, y establecer otros. Entre estos últimos, Herrera destacó los países con mayor número de inmigrantes en España, como Pakistán o Marruecos...

El líder del PP, Mariano Rajoy, señaló que su opinión sobre este proyecto es la misma que ha venido manifestando hace ya meses>

lavanguardia, 17-VIII-06, red/agcs.

Los grupos parlamentarios del PSOE y de IU presentarán hoy de forma conjunta una iniciativa con el objetivo de que todo inmigrante residente de forma legal en España pueda votar y ser votado en unas elecciones municipales, como ya hacen los extranjeros comunitarios. La proposición no de ley insta al Gobierno a que active los convenios que hay firmados con algunos países para que sus ciudadanos puedan votar. Además, pide que el Consejo de Estado interprete el artículo 13.2 de la Constitución, que señala que sólo los españoles son titulares de los derechos reconocidos de voto "salvo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o por ley para el derecho de sufragio activo o pasivo en las elecciones municipales".

La proposición afectará a unos dos millones de personas en España, más de medio millón de ellos en Catalunya. Actualmente, los noruegos son los únicos extranjeros extracomunitarios que pueden votar en España, mientras que los españoles pueden votar en Nueva Zelanda, Perú e Islandia. La proposición pide al Gobierno negociar convenios con los países con más residentes legales, "especialmente" con aquellos con los que mantiene una relación histórica, política y cultural...

Por su parte, el portavoz de ICV, Joan Herrera, dijo que la aplicación de la medida en el 2007 dependerá de la "voluntad política", ya que se trata de empezar ratificando los convenios ya pactados con Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela y Colombia, y establecer otros. Entre estos últimos, Herrera destacó los países con mayor número de inmigrantes en España, como Pakistán o Marruecos...

El líder del PP, Mariano Rajoy, señaló que su opinión sobre este proyecto es la misma que ha venido manifestando hace ya meses: el PP está a favor de que en las elecciones municipales los extranjeros que están aquí puedan votar, "siempre y cuando los españoles puedan votar en los países" de origen de esos inmigrantes. Por tanto, será en la interpretación flexible o en la supresión de los criterios de reciprocidad con otros países donde seguramente surgirán las diferencias entre los grupos.


Xavier Aldekoa, lavanguardia, 19-VIII-06.

El secretario de organización de UDC, Josep M. Pelegrí, cargó ayer contra la proposición no de ley de PSOE e IU-ICV presentada el jueves en el Congreso para permitir el voto inmigrante en los comicios municipales.

Pelegrí tildó la propuesta de "oportunista y ejemplo de falso progresismo" y señaló que, antes de abrir el debate, deberían solucionarse los problemas de integración. Para el político socialcristiano, "no tiene sentido que personas que no conocen nuestra lengua, ni nuestra cultura, ni nuestra identidad puedan ejercer el derecho a voto si ni tan sólo ellas mismas se siente integradas". Pelegrí apuntó que los derechos políticos deben ser la "culminación de un proceso de integración" que debe asegurar previamente los derechos humanos y sociales de cada individuo. Para Pelegrí, la presentación de la proposición en pleno verano responde a cálculos electoralistas de PSOE e IU-ICV. "Sacar el tema en agosto es lamentable. Esta propuesta no resuelve el problema de la inmigración porque aún hay muchas personas que no ven cubiertos ni sus derechos sociales", argumentó. Según Pelegrí, antes de abrir el debate sobre el voto inmigrante se deben abordar temas como la regulación del colectivo y la definición de sus deberes.

Un discurso casi idéntico al expresado ayer también desde Prada de Conflent por el presidente de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira. El líder republicano consideró "sorprendente" plantear en "plenas vacaciones" la propuesta en el Congreso. Asu juicio el derecho a voto debe sumarse a otros "derechos sociales, en materia de ocupación laboral, de vivienda, de prestaciones sociales y sanitarias", pero también debe ir acompañado "del ejercicio de unos deberes para con el país" por parte de los ciudadanos inmigrantes.

Carod Rovira insistió en la necesidad de que haya, por parte de los inmigrantes, "una voluntad de integración en el país y en sus derechos democráticos, su cultura, su lengua y su sistema de vida". El dirigente de ERC aseguró, por último, que "el reconocimiento de un derecho electoral parcial no resuelve" la integración de los recién llegados


Los inmigrantes que puedan beneficiarse de la iniciativa que PSOE e IU-ICV han presentado en el Congreso afectará a unos 63.500 inmigrantes en Catalunya, lo que representa poco más del uno por ciento de su censo electoral, 5.202.291. Todos serán latinoamericanos, y de ellos el mayor número serán colombianos, que si se concreta el acuerdo podrán elegir en mayo del año que viene a alcaldes y concejales, y ser elegidos. Nada más. Ni diputados, ni senadores, ni diputados del Parlament, ni presidente de la Generalitat.

La Constitución española es tan restrictiva como la de la mayoría de los países europeos a la hora de reconocer el derecho a voto de los extranjeros. Lo hace en su artículo 13.2, el único que se ha modificado hasta ahora, en 1992, precisamente para que pudieran votar en las elecciones municipales los ciudadanos residentes en España procedentes de los países de la Unión Europea, en la actualidad 867.721, de los que 89.954 residen en Catalunya, y de ellos tienen derecho a voto unos 80.000, la mayoría italianos (21.514), seguidos de franceses (12.465), alemanes (10.909) y británicos (9.068).

"Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23 (sufragio), salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales".

Es decir, elecciones municipales, no autonómicas, que serán las próximas que se celebren, y siempre que haya reciprocidad, el problema más insalvable para generalizar el proyecto.

Otros países europeos, en cumplimiento de la recomendación de la Unión Europea que ha pedido a sus miembros que amplíen el derecho a voto a los ciudadanos de terceros países, han avanzado en la misma dirección.

Hasta ahora, España ha firmado acuerdos de cooperación y amistad susceptibles de concretarse en convenios de reciprocidad sólo con cinco países>

Los inmigrantes que puedan beneficiarse de la iniciativa que PSOE e IU-ICV han presentado en el Congreso afectará a unos 63.500 inmigrantes en Catalunya, lo que representa poco más del uno por ciento de su censo electoral, 5.202.291. Todos serán latinoamericanos, y de ellos el mayor número serán colombianos, que si se concreta el acuerdo podrán elegir en mayo del año que viene a alcaldes y concejales, y ser elegidos. Nada más. Ni diputados, ni senadores, ni diputados del Parlament, ni presidente de la Generalitat.

La Constitución española es tan restrictiva como la de la mayoría de los países europeos a la hora de reconocer el derecho a voto de los extranjeros. Lo hace en su artículo 13.2, el único que se ha modificado hasta ahora, en 1992, precisamente para que pudieran votar en las elecciones municipales los ciudadanos residentes en España procedentes de los países de la Unión Europea, en la actualidad 867.721, de los que 89.954 residen en Catalunya, y de ellos tienen derecho a voto unos 80.000, la mayoría italianos (21.514), seguidos de franceses (12.465), alemanes (10.909) y británicos (9.068).

"Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23 (sufragio), salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales".

Es decir, elecciones municipales, no autonómicas, que serán las próximas que se celebren, y siempre que haya reciprocidad, el problema más insalvable para generalizar el proyecto.

Otros países europeos, en cumplimiento de la recomendación de la Unión Europea que ha pedido a sus miembros que amplíen el derecho a voto a los ciudadanos de terceros países, han avanzado en la misma dirección.

Hasta ahora, España ha firmado acuerdos de cooperación y amistad susceptibles de concretarse en convenios de reciprocidad sólo con cinco países: Argentina, Venezuela, Chile, Uruguay y Colombia. Si se firman esos convenios, 321.000 inmigrantes podrán votar en las municipales de toda España. Tampoco serán ni marroquíes, pese a suponer el mayor número de inmigrantes en España (503.966), ni ecuatorianos, que les siguen en número, 339.618, porque España no tiene convenios en el primer caso, y porque la Constitución ecuatoriana prohíbe expresamente el voto de los extranjeros, lo que hace imposible la reciprocidad. Serán colombianos, 182.000, de los que 29.000 votarán en las municipales catalanas; 75.000 serán argentinos, de los que viven en Catalunya unos 18.500. También habrá 24.500 venezolanos (3.000 en Catalunya); 22.000 uruguayos (7.000 en Catalunya) y chilenos, 17.500 (6.000 en Catalunya).

Otros países de la Unión Europea permiten ya votar a los extranjeros residentes, con algunas condiciones. Irlanda pide seis meses de residencia: Suecia exige tres años, igual que Dinamarca. Holanda eleva esa exigencia a cinco años. En el Reino Unido sólo pueden votar, en todos los comicios, los ciudadanos de la Commonwealth. Portugal aplica la reciprocidad, pero sólo para sus antiguas colonias.

(Carmen del Riego, lavanguardia, 22-VIII-06)
Desheredadas

La constatación visual y estadística de que España ha registrado estos años una sacudida demográfica que la va a cambiar para siempre ha generado un lógico desasosiego en la ciudadanía. Pocos observadores de la realidad dudarían ahora de que de seguir incrementándose en el futuro el número de sin papeles en la misma proporción que lo ha hecho en el último lustro nos veremos abocados a un auténtico problema social.

La percepción de que la inmigración podía ser a la vez un problema y una ventaja se tenía ya a mediados los 80, cuando los desheredados del África negra empezaron a hacerse visibles en las plazas públicas de la Catalunya frutícola. Por ejemplo, en 1987 en algunos pueblos del Segrià. Fue cuando un grupo de temporeros subsaharianos inició una huelga de brazos caídos para protestar por el salario de atropello que percibían y por tener prohibida la entrada en los bares. La denuncia de aquellos abusos despertó el interés de la Inspección de Trabajo, que empezó a incomodar a los negreros.Fue el inicio de una desconfianza mutua que con el tiempo no hizo más que aumentar. Pero aquel desembarco tenía también su cara amable. En la misma Lleida, el African Bar de la calle La Palma se convertía en refugio de jóvenes locales que abrazaban los ritmos de Salif Keita y el exotismo del cuscús como una vía de escape de la monotonía cultural imperante. El impacto revitalizador que tuvo en la vanguardia francesa de 1920 el desembarco de la negritud lo degustaba en los 80 la Catalunya hastiada del monopolio de rockeros con flaviol y de restaurantes de manteles a cuadros.

Desde entonces, la lista de supuestas ventajas e inconvenientes de la inmigración no ha hecho más que agrandarse, aunque lo que de verdad da una nueva dimensión al debate es el anuncio de que se extenderá a los inmigrantes el voto en las municipales. La sola mención de esta posibilidad ha propiciado tomas de posición significativas. En Catalunya, tanto en la esfera política como en la ciudadana - las cartas al director-, lo que polariza la controversia es si procede o no exigir al inmigrante que quiera votar la aceptación previa de los valores en que se basa nuestra convivencia. Y, en este contexto, se ha hablado y escrito sobre todo del necesario o no necesario conocimiento del catalán y el castellano. Así, en la próxima campaña electoral habrá quien abogará por una nueva normalización lingüística y quien recordará que las lenguas evolucionan irremediablemente a su aire al margen de las más férreas voluntades políticas.

Pero lo que es poco probable es que el debate se fije en una delicada cuestión que afecta sobre todo - aunque no únicamente- a la inmigración musulmana. Porque está por ver si nos preocupa que sus tradiciones patriarcales y la cultura que relega a la esposa a la oscuridad del hogar conyugal van a acarrear un retroceso de los derechos de las mujeres sobre el suelo de nuestras ciudades. Que tras décadas de lucha por la igualdad tengamos que tragarnos el sapo de ver que no todas las barcelonesas censadas pueden elegir libremente - sin permiso del marido o padre- entre Joan Clos o Xavier Trias debería preocuparnos como mínimo tanto como la aptitud lingüística del votante. ¿O no? Tal vez hará falta que se cometa en el Raval un crimen de honor como el que sacude estos días Italia para que nos demos cuenta de lo que realmente cuenta.

(Miquel Molina, lavanguardia, 29-VIII-06)
Con calma

Ahora, algunos líderes políticos coinciden en destacar que abrir en este momento el debate sobre el posible voto de los inmigrantes en las próximas municipales es una frivolidad. Lástima que, en algunos casos, primero se ha desatado la polémica para calificarla después como frívola y precipitada.

Y, ciertamente, el planteamiento ha sido frívolo. Yel orden de prioridades, totalmente olvidado e, incluso, transgredido. Hoy por hoy, el problema de la inmigración no se sitúa en el derecho de voto de los inmigrantes, sino en otras muchas cuestiones que requieren soluciones previas y urgentes. Estamos recibiendo un alud de inmigrantes a los que no sabemos ni cómo atender ¡y nos interrogamos sobre su derecho de voto!

Es absurdo crear falsas expectativas y todavía lo es más ignorar la dimensión comunitaria del problema. Otorgar el derecho de voto a los inmigrantes no nacionalizados abrirá una vía de conflicto con nuestros socios europeos. La mejor manera de demostrar una escasa convicción europeísta es otorgar a terceros países los mismos derechos que se reconocen, como excepción, a los ciudadanos de los países de la Unión.

¿Debe negarse a los inmigrantes residentes el derecho a participar en unas elecciones municipales? En modo alguno se está diciendo esto. Lo que se afirma es que más fácil será operar en el campo legislativo de la adquisición de la nacionalidad. Ésta es una cuestión que puede modificarse con cierta facilidad y establecer un grado de flexibilidad que permita adquirir la nacionalidad con mayor rapidez y, con ello, facilitar el acceso al derecho de voto. En principio, habría con ello menos conflicto que pretender atribuir a extranjeros no comunitarios un derecho que la Constitución reserva fundamentalmente para los ciudadanos españoles.

Otorgar el derecho de voto a extranjeros a cambio de un régimen de reciprocidad no parece defendible. ¿De qué reciprocidad se habla cuando se hace referencia a Gabón, Senegal, Zambia, etcétera? No es éste el problema. El problema está en decidir a partir de qué momento el inmigrante puede dejar de serlo para convertirse en nacional, es decir, adquirir la nacionalidad española.

Aquí radica el núcleo duro de la cuestión. Y, ciertamente, es duro. No es fácil, y si se afronta o resuelve mal, pueden estarse sentando las bases de una confrontación social y cívica de base étnica que deberíamos evitar a todo precio.

Con calma, mucho mejor.

(Miquel Roca i Junyent, lavanguardia, 27-VIII-06)
El voto de los inmigrantes

El 21 de febrero, el Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad una iniciativa en la que se acordaba estudiar cómo avanzar en el reconocimiento del derecho del voto a los inmigrantes extranjeros.

El pasado 17 de agosto dos grupos parlamentarios, el PSOE e IU-ICV, presentaron una nueva proposición con la intención de que los inmigrantes extranjeros, "cuantos más mejor", dijeron cuando presentaron su iniciativa, puedan ejercer el derecho a voto y a ser votados en las elecciones municipales del próximo año.

Ante esta iniciativa me he sentido con el derecho y el deber de exponer claramente mi opinión. Sabía que al hacerlo recibiría todo tipo de críticas. Estaba convencido de que aparecerían acusaciones de racismo y de xenofobia. Así lo advertí ya de antemano.

Opiné y opino lo siguiente. Primero>El voto de los inmigrantes

El 21 de febrero, el Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad una iniciativa en la que se acordaba estudiar cómo avanzar en el reconocimiento del derecho del voto a los inmigrantes extranjeros.

El pasado 17 de agosto dos grupos parlamentarios, el PSOE e IU-ICV, presentaron una nueva proposición con la intención de que los inmigrantes extranjeros, "cuantos más mejor", dijeron cuando presentaron su iniciativa, puedan ejercer el derecho a voto y a ser votados en las elecciones municipales del próximo año.

Ante esta iniciativa me he sentido con el derecho y el deber de exponer claramente mi opinión. Sabía que al hacerlo recibiría todo tipo de críticas. Estaba convencido de que aparecerían acusaciones de racismo y de xenofobia. Así lo advertí ya de antemano.

Opiné y opino lo siguiente. Primero: es una frivolidad tratar esta importante cuestión en pleno mes de agosto, y por iniciativa sólo de dos grupos parlamentarios cuando el consenso tácito que se derivaba de la unanimidad del 21 de febrero exigía la participación de todos.

Segundo: no es hoy, en lo relativo a la inmigración, el derecho al voto la principal prioridad. Basta seguir las noticias de estos días para darse cuenta de ello: "Zapatero afronta en Canarias un desembarco masivo de inmigrantes"… "Miles de inmigrantes piden el reagrupamiento familiar. 12.000 solicitudes se han presentado en el primer semestre en la ciudad de Barcelona"… Y así, tantos otros. Ami juicio, el principal problema es la incapacidad de controlar su acceso ilegal y afrontar, por tanto, su integración. Y sinceramente no será el derecho al voto la varita mágica que nos lo resuelva.

Tercero: dije y digo que es necesario abrir este debate, pero responsablemente, y no hablando simplemente de derechos, también de deberes. Insistí e insisto en que deben exigirse unos años de residencia y reclamé y reclamo la necesidad de hablar de deberes. Los inmigrantes deben asumir un compromiso solemne con la comunidad de acogida, de respeto a su sistema de valores, a los que derivan de la Constitución. Y del Estatut, de respeto a los derechos humanos, la igualdad de la mujer y del hombre, a la cultura… También a la lengua. Pero jamás hablé sólo de lengua, y menos hice referencia alguna exclusiva al catalán.

Digo esto porque a algunos maestros de la manipulación les faltó tiempo para presentarlo como una obsesión enfermiza identitaria propia sólo de mentes catalanistas. Pero ¿es que la propuesta del PSOE y de IU-ICV no es para toda España? ¿Es que, por tanto, no me refiero, al hablar de lengua, también a la española? Pero ya dispuestos a hablar de ello, ¿no han sido el PSOE e IU-ICV quienes han aprobado también el nuevo Estatut? ¿Y en él no se reconoce el derecho y el deber de conocer tanto el catalán como el castellano? ¿Es que alguien piensa excluir de ese deber a los concejales y a los alcaldes inmigrantes a los que sin tener todavía la nacionalidad se les desea otorgar el voto y el derecho a ser votados, por tanto, a ser elegidos?

Lo que yo pienso es tan racista o xenófobo como lo que se hace en Québec o se piensa practicar en Alemania y se plantea en Holanda tras comprobar el fracaso de lo que era el paradigma de la integración. Y, por supuesto, ni en Gran Bretaña, ni en Francia, ni tampoco en Alemania, los inmigrantes tienen derecho al voto. Ni en Italia, hoy por hoy.

PD. A aquellos que me han tratado de xenófobo les digo, con todo mi respeto, que no me impresionan sus acusaciones. Algunos han heredado lo peor del comunismo y reparten desde una fachendosa hegemonía moral certificaciones, ahora de progresismo, ahora de racismo. Entretenidos hoy en recuperar la memoria histórica, por supuesto sólo desde la suya, olvidan que no están en condiciones de dar lecciones a nadie. Absolutamente a nadie.

(Josep A. Duran Lleida, lavanguardia, 23-VIII-06)