alerta: Al-Qaida està conquerint un Estat Islàmic entre Síria i Iraq

L'autoanomenat Estat Islàmic de l'Iraq i Síria (ISIS, segons les sigles en anglès) no només avança posicions a Síria: aquesta milícia vinculada a Al-Qaida des de dilluns lluita durament amb l'exèrcit iraquià pel control de dues ciutats clau d'Al-Anbar, la província-bastió dels sunnites.

Segons les forces de seguretat iraquianes, dijous l'ISIS va prendre control de la meitat del nucli urbà de Fal·lujah i de molts barris de Ramadi. Les dues ciutats van ser bastions de la insurrecció sunnita contra les forces dels Estats Units després de la invasió del 2003. I ara lideren la contestació contra el Govern del xiïta Nuri al-Maliki, al qual acusen de marginalitzar els sunnites.

A Fal·lujah, emmascarats de l'ISIS van participar en les pregàries d'ahir divendres al carrer principal per demanar a la població que els doni suport contra el govern xiïta de Bagdad. Però l'animadversió dels sunnites cap al poder central no els porta a donar suport automàticament a Al-Qaida i la seva violència: hi ha faccions sunnites a favor de l'exèrcit, que està fent servir la força aèria per expulsar l'ISIS de Ramadi i de Fal·lujah.

Les forces de seguretat iraquianes ahir van donar el primer balanç de víctimes d'aquests cinc dies de xocs: 62 combatents d'Al-Qaida abatuts. El Ministeri d'Interior iraquià va donar la xifra de civils morts: 32, entre els quals dones i nens.

Segons l'oenagé Iraq Body Count, que compta les víctimes civils des de l'inici de la invasió dels Estats Units fa deu anys, el 2013 a estat el més violent dels últims cinc anys: 9.475 civils morts per violència política o sectària.

Dos anys després de la retirada de les tropes dels Estats Units, el desembre del 2011, l'exèrcit iraquià intenta contenir una insurgència xiïta connectada a Al-Qaida i alimentada per la guerra de la veïna Síria. Ja al desembre, l'exèrcit iraquià va llançar una operació a Al-Anbar després que 16 soldats, incloent-hi un comandant, van morir en un atac d'Al-Qaida.

A l'oest de l'Iraq, el repte de l'ISIS és estendre's per les zones desèrtiques i rurals que controlen a les zones urbanes i enllaçar amb el país veí per donar sentit al seu nom: Estat Islàmic de l'Iraq i Síria.

"Si Al-Qaida aconsegueix arribar a l'oest de l'Iraq controlaria un territori àrab considerable, amb prou seguretat i espai per llançar operacions on volgués", assegura Ryan Crocker, ambaixador dels Estats Units a l'Iraq entre el 2007 i el 2009. "I això és exactament el que tenia a l'Afganistan abans de l'11-S", adverteix.

4-I-14, agcs, lavanguardia

La violencia que se resiste a abandonar Irak alcanzó ayer un pico de ferocidad que dejó más de 100 muertos en combates entre las fuerzas de seguridad iraquíes -en alianza con milicias tribales- y activistas de Al-Qaeda, enfrentados por el control de la provincia de Anbar, en el oeste del país, en una prueba de fuerza decisiva para la estabilidad del gobierno de Nouri al-Maliki.

Vestidos de negro y ondeando banderas negras de Al-Qaeda, cientos de insurgentes islamistas con ametralladoras y en camionetas con armas antiaéreas lucharon sin tregua en las calles de Ramadi y Fallujah contra una coalición de policías, militares y miembros de tribus sunnitas, que unieron fuerzas para enfrentar a los integristas armados, un enemigo común que se había hecho con el control de barrios enteros de esas ciudades cercanas a Bagdad.

Los combates dejaron por lo menos 75 insurgentes y 32 civiles muertos, entre ellos mujeres y chicos. La televisión estatal indicó, además, que las fuerzas especiales antiterroristas "mataron a dos infiltrados y quemaron cuatro vehículos que transportaban a los terroristas".

Los combatientes del Estado Islámico de Irak y Siria, vinculado con Al-Qaeda, se habían apoderado de vastas zonas de Ramadi y Fallujah en cuestión de horas, el miércoles pasado, sacando partido de la tensión, la confusión y el descontento que reinaba en la zona de mayoría sunnita desde el lunes, cuando las fuerzas de seguridad desalojaron un campamento de protesta contra el gobierno en Ramadi. El objetivo de los manifestantes sunnitas, que acampaban desde hacía un año, era denunciar el acaparamiento del poder y la marginación a manos del gobierno chiita del primer ministro Al-Maliki.

La provincia de Anbar es, de hecho, el epicentro de varias protestas similares contra Al-Maliki. Fallujah y Ramadi fueron, además, bastiones de la insurrección que siguió a la invasión estadounidense que derrocó a Saddam Hussein, en 2003.

Pero los manifestantes y las tribus que respaldaban las protestas en Anbar no vieron con buenos ojos, ni mucho menos recibieron de buena gana, la intromisión sin aviso de los combatientes de Al-Qaeda, sunnitas como ellos, pero con una inclinación violenta y con intereses muy distintos: la formación de un Estado islámico en esa región fronteriza con la convulsionada Siria.

Anteanoche dejaron de lado sus diferencias con el gobierno y acordaron colaborar para sacar a los integristas de las dos ciudades, donde Al-Qaeda ya había tomado jefaturas de policía y sedes administrativas.

Parecía un paso más para el Estado Islámico de Irak y Siria, que en los últimos meses reforzó su dominio en Anbar, una provincia junto a la frontera siria que representa alrededor del 30% del territorio del país. Fallujah y Ramadi son bastiones clave en su intento de dominio territorial, pero la resistencia de la población local, en alianza con el ejército, probó ser más aguerrida de lo esperado.

En su momento, las fuerzas estadounidenses y milicias tribales aliadas pelearon durante años para retomar el control de Anbar, sufriendo allí casi un tercio de todos los muertos militares en la invasión a Irak. Ahora, dos años después de la retirada de las tropas estadounidenses, el poder de Al-Qaeda está otra vez en aumento.

El cuadro de situación era delicado ayer al amanecer, cuando los insurgentes ganaron terreno en el centro de Ramadi. "De ningún modo vamos a permitir a Al-Qaeda establecerse en Anbar", dijo un líder tribal, que pidió no ser identificado. "La batalla es dura y no es fácil, porque están escondiéndose en áreas residenciales."

Los aliados lograron "limpiar cerca del 80% de las ciudades de Anbar y continúan persiguiendo a los miembros de Al-Qaeda", dijo el jeque Ahmed Abu Risha, un alto dirigente de la milicia Sahwa. Sin embargo, el jefe de la policía de Anbar, el general Hadi Razij, señaló que la policía recuperó el control total de la ciudad y que se estaba preparando para lanzar una operación en toda la provincia.

"Nos coordinamos con los miembros de los clanes y los combatientes Sahwa para una batalla decisiva contra los grupos armados", dijo. Ya el mes pasado, el ejército iraquí lanzó una operación en Anbar después de que 16 soldados murieran en un ataque de extremistas de Al-Qaeda.

En Fallujah, donde los combates se hicieron intermitentes, un coronel de policía precisó que un cuarto de la ciudad seguía ayer bajo control integrista, mientras las fuerzas de seguridad y las tribus controlaban el resto y sus alrededores.

El aumento de los enfrentamientos y la vigencia de Al-Qaeda desató los temores de un regreso de la violencia sectaria que puso a Irak al borde de la guerra civil en 2006-2007, en un contexto donde continúan las protestas pacíficas contra Al-Maliki en varias ciudades del país.

Según la Misión de Asistencia de la ONU en Irak, que hace un recuento mensual de las víctimas por la violencia, 2013 cerró con 7818 civiles muertos, el peor balance de los últimos cinco años.

Agencias AFP, EFE, DPA y Reuters, 4-I-14, lanacion.com.ar