Tadjikistan, la frontera de Rússia i Xina amb... Al Qaeda

La retirada de las tropas estadounidenses y sus aliados de Afganistán, que se ha de completar a lo largo del 2014, inquieta sobre todo a una potencia que no opera actualmente en ese país : Rusia.

Para Moscú el retorno de los talibanes al poder en Afganistán o, peor aún, la caída del mismo en un vacío de poder similar al de Libia o Somalia es una perspectiva sumamente inquietante. Lo desde un punto de vista político porque, desde una renacida plaza fuerte del fundamentalismo islámico, se extendería por toda Asia Central una ola de súper nacionalismo y antioccidentalismo totalmente contrarios a los planes políticos y económicos del Kremlin en un futuro próximo. Y las inquietudes son también de tipo policial porque Afganistán vuelve a ser uno de los grandes exportadores de heroína. Una buena parte de la droga va destinada al consumo ruso y el resto pasa en, gran medida, a través de Rusia camino de Europa occidental. Con el tráfico de estupefacientes en un país va parejo el incremento de la criminalidad organizada.

Para contrarrestar ambos peligros, el Kremlin ha optado ya por Tayikistán como principal aliado en la zona. Este país, que tiene una frontera de 1.400 kilómetros con Afganistán, es especialmente adecuado para atajar de cuajo cuantos peligros puedan surgir de ese último.

Y una de las mayores ventajas que le ofrece Tayikistán al Kremlin es que se trata de una nación económicamente muy dependiente de Rusia. Piénsese en que solamente el millón y medio de emigrantes tayikos que trabajan en Rusia envían a sus hogares cada año 3.700 millones de dólares, lo que representa el 50% del producto interior bruto anual del Tayikistán. La misma presencia de la mayor base militar rusa (7.000 soldados) fuera del territorio patrio se halla en Tayikistán y seguirá allá –por un tratado recientemente renovado– hasta el año 2042. Por último, el sistema político tayiko es de un autoritarismo rayano en la dictadura pura y dura, cosa que también le simplifica la vida al Kremlin ya que reduce enormemente el número de interlocutores y fuerzas sociales y políticas con que ha de negociar.

Las previsiones rusas sobre el porvenir afgano tras la retirada de los soldados occidentales son pesimistas. Ello se puede ver tanto en el dinero que invierte en la modernización del ejército tayiko como en el tratado firmado con Dushambé dentro del marco del tratado de Defensa Colectiva que le permite a Moscú enviar a sus propias tropas a defender las fronteras del Tayikistán.

Por ahora, las previsiones rusas para la zona son de alcance relativamente corto. Para la eventualidad de que un Afganistán caótico, con peso creciente de los talibanes, acabe por poner en peligro la estabilidad de toda Asia Central, obligando así a Pekín a intervenir decisivamente en el área, el Kremlin no ha trazado aún ningún plan concreto.

22-XII-13, Valentín Popescu, lavanguardia