"Humor y música seria", Félix Pérez Hita

Frank Zappa, l’home lliure

Unos dicen música seria donde la mayoría dice música clásica,oponiéndola todos a la llamada música ligera, comercial o de masas. Es sabido que Frank Zappa (1940-1993) hizo de puente entre ambos mundos musicales. ¿Tiene el humor algo que ver con la música? Así se titula uno de sus discos y un capítulo del libro más fiable sobre su vida y trabajo, no traducido: The Real Frank Zappa Book (Poseidon Press, 1989). Puede haber y hay humor en la música, claro, también en la seria.

Extractaremos aquí algunos fragmentos del libro en que Zappa comenta el uso particular que hizo del humor, la parodia y la sátira en su música, pero diremos de pasada que ahí también se habla de sus afinidades con la organización tejana conocida como Iglesia del Subgenio (Church of the Subgenious) y de sus simpatías hacia el dadá en general (Intercontinental absurdities,1968), tendencia artística con innegables dosis de sátira y humor; de su Guerra del Porno darse toques,como dicen en México-, y que llevaba un escurridor de metal a modo de casco porque temía que la gente quería leerle el pensamiento.

Zappa dijo más de una vez que en el universo es más abundante la estupidez que el hidrógeno. Resultaba inevitable, pues, hablar de ella, burlarse de la idiotez ambiente, asfixiante a veces en los EE. UU. en que se crió y vivió toda su vida. Veamos algunas pistas de su abordaje satírico-musical a ciertos aspectos de aquella Norteamérica delirante. Hay algo ridículo en los cantantes del du-du-a de los 50 y 60, en sus coreografías y falsetes. Frank Zappa parodió en varias ocasiones aquellas canciones de juvenil seriedad sentimental, ataque artístico que tenía, dentro de su humorismo, un sentido de queja social: "La sátira de Ruben& the Jets funcionaba a dos o tres niveles. Detesto las letras de amor. Creo que una de las causas de la mala salud mental en los Estados Unidos es que el pueblo ha sido educado con canciones de amor. Pongamos que eres un jovenzuelo y escuchas todas esas letras de amor ¿Vale? Tus padres no te dicen la verdad sobre el amor, y tampoco te puedes enterar de eso en el colegio. Estás adquiriendo el grueso de tus normas de conducta bajo las directrices de la estúpida letra de una jodida canción de amor. Se trata de un entrenamiento subconsciente que te lleva a desear una situación imaginaria que nunca existirá para ti. Los que se tragan esa mitología se pasan la vida sintiendo que les han estafado en algo."

"Concebí ese disco (Cruising With Ruben & The Jets,1968) siguiendo las mismas líneas compositivas del periodo neoclásico de Stravinsky. Si él pudo tomar las formas y clichés de la época clásica y pervertirlos, ¿por qué no hacer lo mismo con las reglas y normas que se aplicaban al doo-wop en los cincuenta? (…) En el aspecto tímbrico, está dentro de la norma (gracias a las partes vocales), pero aquellos acordes no se darían nunca en un doo-wop original. (…) Algunas de las letras eran de un nivel sub-mongoloide, claro, pero eso era simplemente otra norma llevada al extremo."

Más adelante explica una técnica que ponían en práctica en algunos conciertos para variar sobre la marcha las texturas y los sentidos musicales de algunos pasajes: "Tenemos un surtido de bloques almacenados usados en los arreglos de directo. Ayuda mucho si los chicos de la banda aprecian el humor musical de lo que está pasando. (…) Estos bloques incluyen la textura Twilight Zone (que pueden no ser las notas reales de Twilight Zone,pero sí la misma textura), la textura Mr. Rogers,la textura Tiburón (Jaws), (…) y cosas que suenan o bien exactamente o bien muy parecido a Loui-Loui. Esos son Iconos Musicales Americanos Arquetípicos, y su presencia en un arreglo le da la vuelta a cualquier letra. Cuando aparecen, esos bloques o módulos sugieren que las letras deben ponerse entre comillas". Unas letras que basculaban entre cierto realismo mágico a la norteamericana y una sátira social entre desenfadada y mordaz con toques de surrealismo (o dadaísmo, como él prefería llamarlo).

Veamos, también, lo que dice sobre la comicidad de algunos sonidos y timbres concretos: "Si se escucha una trompeta con una sordina Harmon sonando Fwa-da-fwada-fwa-da,se nota algo,- un algo humorístico.(No hay nombres técnicos para estos algos porque no dan becas para estudiar este tipo de cosas). De forma similar, un saxo bajo, tocando en su registro más bajo, comunica otro tipo de algo humorístico.¿Y qué me dicen de nuestro viejo amigo el trombón de varas? Seguramente este gracioso y expresivo aparato tiene su pequeño radiador de algo humorístico metido dentro. (…) He desarrollado una fórmula acerca de lo que estos timbres significan (al menos para mí), así que cuando creo un arreglo - si tengo acceso a los recursos musicales necesarios- puedo juntar sonidos que dicen más que la historia que cuentan las letras, especialmente a los oyentes americanos, educados en esos clichés subliminales que moldean su realidad auditiva desde la cuna al ascensor."

El placer musical depende mucho del hábito, de la familiaridad. Zappa solía decir que sin salirse de la norma no es posible el progreso, pero: "Para poder desviarse exitosamente, uno ha de estar pasablemente enterado de en qué consiste la norma de la que uno quiere desviarse." El concepto de progreso en la historia de la música y del arte en general es muy problemático. No pocos alertan de una regresión en la capacidad del oyente medio para comprender y seguir la creciente complejidad de la música contemporánea. El divorcio entre el productor y el consumidor es quizá más dramático en la música seria contemporánea que en otras artes. Frank Zappa contribuye, aún hoy, a desembozar el oído del oyente medio de las radios comerciales, del que tenga la curiosidad de pararse a escuchar atentamente algunos de sus discos y abrirse así, poco a poco, a las miles de posibilidades que ofrece toda la música que se hace y se ha hecho en el mundo. Para algunos un mero freaky,fue un artista complejo entre el neodadá y el pop crítico, cuya obra es, sin duda, mucho más lúcida, inteligente y bella que la de otros contemporáneos más cotizados y consagrados, tanto de la música seria como de la llamada ligera.

2-IV-08, Félix Pérez Hita, culturas/lavanguardia