los escoceses temen quedar fora de la UE per la independència... o per Cameron

La otra gran cuestión del momento en Gran Bretaña es de qué manera el referéndum sobre la permanencia en Europa afecta a la consulta soberanista de Escocia, que se celebrará tres años antes. Los escoceses pueden encontrarse con que votan en el 2014 por seguir siendo parte de un Reino Unido integrado en la UE, sólo para quedarse fuera en el 2017.

El primer ministro escocés, Alex Salmond, ha empezado ya a utilizar la interacción de los dos referéndums para insuflar vida a unos sentimientos secesionistas más tibios que en ningún otro momento desde la constitución del Parlamento de Holyrood en 1999. Sólo un 23% de la población, según la última encuesta, votaría hoy sí a la independencia.

Los escoceses son abrumadoramente eurófilos, y el nuevo argumento de Salmond es que la única manera de asegurarse de que van a seguir siendo parte de la UE es romper la Unión. Sin embargo, no está claro (lo mismo que en el caso de Catalunya) que Bruselas fuera a aceptar automáticamente a una Escocia independiente como miembro, aunque Londres no se opondría a ello de la manera visceral que lo haría Madrid. Incluso estaría a favor.

Salmond ha pedido a Cameron que mantenga consultas con los líderes europeos para aclarar cuál sería el estatus de Escocia en la UE en caso de independizarse, si tendría que pedir la adhesión a partir de cero, y cómo serían los plazos y las condiciones para obtenerla.

A la inversa la situación también es peliaguda, porque Cameron va a empezar a negociar un nuevo pacto con la UE sobre la base de que Escocia seguirá siendo parte del Reino Unido, pero dentro de dos años podría ser teóricamente sólo primer ministro de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, de un país más pequeño y menos importante. Un factor que Merkel y Hollande tendrían muy en cuenta a la hora de hacer concesiones... o no hacerlas.

Alex Salmond considera que la promesa de un referéndum sobre Europa por parte de Cameron altera por completo los términos del debate. Aunque sólo uno de cada cuatro escoceses quiere en este momento la independencia, una mayoría de dos tercios reclama la plena soberanía fiscal, y un tercio de la población desea una “autonomía total” que permita al Parlamento de Holyrood dictar las leyes incluso en defensa y política exterior.

25-I-13, R. Ramos, lavanguardia