Moscou: el retorn dels cosacs

Los cosacos, un ancestral pueblo guerrero que ha llenado páginas inolvidables en la literatura eslava, está saliendo de la historia y convirtiéndose en realidad en la Rusia de hoy. Grupos de voluntarios cosacos, ataviados con sus uniformes de la época zarista, comenzaron ayer a patrullar el centro histórico de Moscú para reforzar la vigilancia policial.

La ronda de vigilancia comenzó en las calles adyacentes a la estación de Bielorrusia. Su misión era prevenir el comercio ilegal en la calle y el aparcamiento en zonas prohibidas. Iban acompañados por agentes de policía, ya que carecen de facultades legales para actuar como fuerza del orden. “De momento, la palabra es nuestra única arma. Utilizamos la persuasión y el acuerdo”, explicaba ayer a los periodistas el coronel cosaco Ígor Gulichov. “Si no funciona, llamamos a los policías”.

La iniciativa forma parte del proceso de rehabilitación de los cosacos, que perdieron sus privilegios y su función como fuerza militar tras la Revolución bolchevique de 1917. Con el fin de la Unión Soviética comenzaron a reorganizarse, y recibieron permiso para crear sus propios ejércitos. Víktor Vodolatski, atamán de los ejércitos cosacos del Don y diputado en la Duma Estatal rusa, aclara que no se trata de ejércitos armados y que el término responde más a la tradición. “En el dialecto cosaco, la palabra voysko (ejército, en ruso) se refiere a la forma de organización superior del pueblo cosaco. Es la sociedad de ciudadanos iguales en derechos, capaces de tomar decisiones y cumplirlas con responsabilidad. Una de las formas más antiguas de democracia”.

Hay diez ejércitos cosacos en Rusia, pero en el 2010 se inició un proceso de unificación impulsado por el entonces presidente ruso y hoy primer ministro, Dimitri Medvédev. Está previsto que todos los ejércitos se unan a finales de este año y que el atamán (jefe cosaco) mayor se instale en Moscú, donde estará a disposición del presidente ruso.

Según Alexánder Beglov, consejero del Kremlin para asuntos del pueblo cosaco, “siete millones de personas en Rusia se reconocen cosacas, y más de 700.000 forman parte de los ejércitos cosacos”. Las organizaciones cosacas reciben ayudas del Estado por un valor aproximado de 25 millones de euros anuales.

En la tradición del pueblo cosaco está ser patriota y creyente. Este año los cosacos aumentaron su presencia pública al pedir que se refuerce la vigilancia de las iglesias después de que el grupo feminista punk Pussy Riot se colase en la catedral de Cristo Salvador de Moscú para representar una “oración contra Putin”. Y este mes han fundado su propio partido político.

Integrados en el ejército zarista, los cosacos tuvieron un papel destacado durante la invasión de Napoleón de 1812, de la que este año se cumplen dos siglos. Si el proceso de rehabilitación se cumple, volverán a estar al servicio del Kremlin.

28-XI-12, G. Aragonés, lavanguardia