"Votar más al candidato que al partido", George Edwards

George Edwards, director del Centro de Estudios Presidenciales de EE.UU. Tengo 61 años. He impartido estudios presidenciales en West Point, Harvard y Oxford. EE. UU. nació contra el poder central: por eso hoy cada poder tiene su contrapoder. Un presidente se define tanto por lo que puede como por lo que no puede. Soy amigo del presidente Bush.

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¿Por qué los candidatos hacen lo que quieren y los partidos no pintan nada?

Bueno, supongo que ya se habrá enterado de que tenemos primarias. No es el organigrama de un partido, sino los propios votantes quienes eligen a los candidatos para cada cargo. En Europa, en cambio, los burócratas de partido logran ser nominados por la organización y luego son refrendados - o no- por las urnas, donde se vota más al partido que al candidato.

El candidato, le dicen al díscolo, tiene dos ojos, pero el partido tiene mil.

Una vez elegidos, los cargos sólo responden ante los votantes de su circunscripción y no ante las ejecutivas de los partidos: ya le he dicho que desconfiamos de toda concentración de poder político que no responda ante las urnas. Esto permite una enorme diversidad de posiciones, incluso dentro del mismo partido, como se ha visto ahora.

¿La derecha religiosa contará?

Son el 40 por ciento del voto republicano, la quinta parte del electorado de 120 millones de votantes, una fuerza imponente, y siguen creyendo que Bush - y ahora McCain- es el brazo de Dios sobre la Tierra e Iraq su cruzada. Están muy bien organizados y movilizados, pero esta vez no serán decisivos.

El triste legado de Bush hijo engrandece el de Bush padre.

No diga eso: soy amigo personal del presidente... Pero es cierto que Bush padre fue un gran estadista. No proclamó nuestra victoria en la guerra fría para evitar enojar a lo que quedaba de la URSS: prefirió la paz mundial a su ego.

4-X-08, Lluís Amiguet, lacontra/lavanguardia