mor, sense l’ajut despenalitzat que demanava, Tony Nicklinson

- dret a morir dignament

Tony Nicklinson, un britànic amb paràlisi que va perdre el dijous passat la seva batalla davant els tribunals per acabar amb la seva vida, va morir avui "per causes naturals" a la seva casa de Wiltshire, va confirmar el seu fill a Twitter.

El malalt, de 58 anys i amb plenes facultats mentals, havia portat el seu cas davant el Tribunal Superior de Londres, davant el qual va demanar protecció legal perquè, arribat el moment, un metge pogués ajudar-lo a morir sense afrontar càrrecs per assassinat.

No obstant això, la passada setmana un jutge va fallar en contra seva en argumentar que un dictamen favorable hagués implicat un canvi dràstic en la legislació britànica sobre assassinat, que excedia als poders de les corts.

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Aquesta decisió va deixar Nicklinson, segons va indicar llavors la seva esposa Jane, "totalment descoratjat" i la intenció del malalt, el desig del qual era "acabar amb una vida insípida, miserable, denigrant, indigna i intolerable", en les seves pròpies paraules, era recórrer contra el dictamen judicial.

Nicklinson, pare de dues filles adultes, patia una paràlisi completa de coll avall (coneguda en anglès com "Locked-in syndrome") des de 2005, quan va sofrir una apoplexia que no va afectar al seu cervell però que l'impedia suïcidar-se.

El seu cas tenia una gran rellevància, doncs segons el Ministeri de Justícia, el que cosa ell demanava -protecció legal contra càrrecs d'assassinat per a un professional mèdic que, arribat el moment, acabés amb la seva vida- modificaria la legislació actual sobre l'assassinat, una cosa que només pot fer el Parlament.

En el compte de Twitter del malalt, que actualitzaven regularment en el seu nom els seus familiars, el fill de Nicklinson va informar avui que el seu pare "va morir en pau aquest matí per causes naturals".

"Abans de morir, ens va demanar que tuitejèssim: 'Adéu, món, l'hora ha arribat, m'he divertit'", va explicar el seu fill en un altre missatge en aquesta plataforma.

En un tercer post, atribuït a la seva dona, Jane, i a les seves filles adultes, Lauren i Beth, es podia llegir avui: "Gràcies pel vostre suport durant aquests anys. Apreciaríem que es respecti la nostra privadesa en aquests moments difícils".

També l'equip legal que representava el cas de Nicklinson, la signatura d'advocats Bindmans, va notificar la defunció del malalt, "sobre les 9.00 hores GMT", en un comunicat i, igual que la família, no van donar més detalls sobre la mort del seu client, que no serà investigada per la policia.

22-VIII-12, efe, yahoo

“No agradezco al médico estar vivo” (Entrevista de El País al enfermo)

Tan sólo una semana después de perder su última batalla ante la justicia para que se le reconociera el el derecho a una muerte digna, el británico Tony Nicklinson, un hombre de 58 años paralizado de cuello para abajo desde hacía siete años, ha fallecido esta mañana por “causas naturales”. La policía de Wiltshire, su condado de residencia en Inglaterra, parece no cuestionar el dictamen médico de deceso por neumonía, puesto que ha declinado la apertura de una investigación.

Nicklinson llevaba siete días rechazando cualquier tipo de alimentación cuando le sobrevino la muerte, o el final de lo que él mismo calificó de “una pesadilla en vida”, a las 10 de la mañana (hora local). Tomó esa decisión tras conocer la sentencia de la High Court (Alto Tribunal) en la que tres jueces estimaban que no les corresponde a ellos modificar la legislación según la cual “la eutanasia voluntaria equivale a un asesinato”. Aquel día lloró ante las cámaras y denunció la “cobardía” de una justicia que persigue a los médicos y familiares dispuestos a ayudar a morir a un paciente terminal, aunque en la práctica ello no siempre sea así.

“Temo por el futuro y por las miserias que me acarreará”, explicó a través de la pizarra electrónica que se había convertido en su medio de comunicación con el mundo desde que un ataque de apoplejía le dejara sin habla y paralizada casi todo su cuerpo en 2005. Un año antes de que Nicklinson sufriera aquel infarto cerebral durante un viaje de trabajo en Atenas, ya había firmado una directiva a través de la cual rechazaba cualquier tipo de tratamiento de apoyo en el supuesto de convertirse en un enfermo terminal. La enfermedad que le sobrevino meses después recibe un nombre bien gráfico en inglés: ”the locked-in syndrome”, esto es, el síndrome del cautiverio.

Desde siempre defensor del derecho a decidir sobre la propia vida, ya presa de ese síndrome se erigió en un activista parra exigir el cambio de la legislación vigente con la ayuda de sus familiares y allegados. La prensa británica ha estado difundiendo en los últimos meses reportajes con fotografías y relatos sobre el hombre que fue (sano y activo), en contraste con enfermo sin esperanza en que se había convertido. Su rostro era, por tanto, familiar entre el público británico –muy dividido sobre el derecho o no a una muerte digna- cuando fue anunciado su fallecimiento a las dos horas de producirse.

Tony Nicklinson presentó su caso ante la justicia en 2010, meses después de que la también inglesa Debbie Purdy aquejada de esclerosis múltiple, consiguiera que la Cámara de los Lores (última instancia judicial en el Reino Unido) le dieran la razón en una primera batalla legal contra el gobierno. Confinada a una silla de ruedas, Purdy exigía que se clarificase si su marido sería procesado en el supuesto de que la ayudara a desplazarse a una clínica de Suiza para poner fin a su vida considerado el momento. La sentencia avaló su demanda y forzó a la fiscalía a modificar ciertas normas sobre el suicidio asistido, aunque sólo para que fueran más nítidas y no hasta el punto de descartar la penalización de aquellos que ayuden al enfermo a ejecutar la eutanasia.

Nicklinson luchaba en los tribunales para intentar revertir esa situación. Temía que se presentaran cargos contras sus allegados si le asistían en su empeño de morir, porque, a diferencia de Debbie Purdy (todavía hoy dotada de la capacidad para desplazarse en avión a Zurich), él carecía de toda movilidad para acabar con una vida “ insípida, miserable, denigrante, indigna e intolerable”.

22-VIII-12, P. Tubella, elpais

Tony Nicklinson, un británico con parálisis que perdió el jueves pasado su batalla ante los tribunales para acabar con su vida, falleció hoy "por causas naturales" en su casa de Wiltshire, confirmó su hijo en Twitter.

El enfermo, de 58 años y con plenas facultades mentales, había llevado su caso ante el Tribunal Superior de Londres, ante el que pidió protección legal para que, llegado el momento, un médico pudiera ayudarle a morir sin afrontar cargos por asesinato. No obstante, la pasada semana un juez falló en su contra al argumentar que un dictamen favorable hubiera implicado un cambio drástico en la legislación británica sobre asesinato, que excedía a los poderes de las cortes.

Esa decisión dejó a Nicklinson, según indicó entonces su esposa Jane, "totalmente descorazonado" y la intención del enfermo, cuyo deseo era "terminar con una vida insípida, miserable, denigrante, indigna e intolerable", en sus propias palabras, era recurrir contra el dictamen judicial.

Nicklinson, padre de dos hijas adultas, padecía una parálisis completa de cuello para abajo (conocida en inglés como "Locked-in syndrome") desde 2005, cuando sufrió una apoplejía que no afectó a su cerebro pero que le impedía suicidarse. Su caso tenía una gran relevancia, pues según el Ministerio de Justicia, lo que él pedía -protección legal contra cargos de asesinato para un profesional médico que, llegado el momento, terminara con su vida- modificaría la legislación actual sobre el asesinato, algo que solo puede hacer el Parlamento.

En la cuenta de Twitter del enfermo, que actualizaban regularmente en su nombre sus familiares, el hijo de Nicklinson informó hoy de que su padre "murió en paz esta mañana por causas naturales". "Antes de morir, nos pidió que tuiteáramos: 'Adiós, mundo, la hora ha llegado, me he divertido'", explicó su hijo en otro mensaje en esa plataforma.

En un tercer post, atribuido a su mujer, Jane, y a sus hijas adultas, Lauren y Beth, se podía leer hoy: "Gracias por vuestro apoyo durante estos años. Apreciaríamos que se respete nuestra privacidad en estos momentos difíciles". También el equipo legal que representaba el caso de Nicklinson, la firma de abogados Bindmans, notificó el fallecimiento del enfermo, "sobre las 9.00 horas GMT", en un comunicado y, al igual que la familia, no dieron más detalles sobre la muerte de su cliente, que no será investigada por la policía.

23-VIII-12, red, lavanguardia