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El centro de gravedad de la economía mundial se desplaza cada vez con mayor celeridad hacia los mercados emergentes. Y la rica Noruega toma nota de ello, tal como reflejan los nuevos planes de inversión de su codiciado fondo del petróleo, el segundo mayor del mundo, que ha decidido reducir su exposición en Europa del 54% actual al 41%. A cambio, la incrementará en el resto del mundo, especialmente en los países emergentes.

Con más de la mitad de las inversiones en todo el mundo, Europa es hoy el principal destino del capital de un fondo cuya valoración global asciende a los 460.000 millones de euros. Sin embargo, el incremento de la productividad en otras partes del planeta ha provocado que el fondo vea oportuno modificar su estrategia, en busca de una mayor diversificación y distribución geográfica de las inversiones.

No cabe duda, además, de que la crisis de la deuda que atenaza a Europa desde hace meses ha acabado de convencer a los noruegos. El año pasado, de hecho, el fondo perdió un total de 11.300 millones de euros en inversiones a causa de la creciente incertidumbre en la zona euro y la caída acumulada en las bolsas.

Con todo, los nuevos objetivos difundidos la semana pasada intentarán rebajar las inversiones en Europa, al tiempo que las incrementarán en los países emergentes. Estos pasarán de registrar el 6% de las inversiones al 10%. En cuanto a la distribución geográfica, América y África pasarán del 35% al 40%, mientras que el mayor incremento lo registrarán Asia y Oceanía, donde las inversiones crecerán desde el 11% actual al 19%.

Aun con todo, el fondo evitará cualquier tipo de desinversión brusca e intentará que las modificaciones se vayan aplicando de modo “gradual”. Además, sus representantes dejan claro que el peso de las inversiones en Europa seguirá siendo “importante”. No sólo en cuanto a su proporción, que, aunque menor, seguirá siendo alta; sino también porque la riqueza total del fondo crece año tras año y, con ella, la cantidad de dinero a invertir.

El Fondo de Pensiones Global, que es el nombre con el que se le conoce oficialmente, se nutre de las ingentes ganancias procedentes del gas y del petróleo, una parte de las cuales se invierte en el extranjero para evitar que crezca la inflación. Noruega es el segundo exportador mundial de gas y el séptimo de petróleo. Se estima que los ingresos reportados por ambas actividades se encuentran en su pico más alto y empezarán a decrecer en las próximas décadas. Consciente de que el oro negro no durará eternamente, la principal misión del fondo es asegurar que su riqueza beneficie al mayor número posible de noruegos, incluidas las generaciones futuras.

Con este cometido en mente, se intenta que sus inversiones sean cuanto menos arriesgadas mejor, además de rentables a largo plazo. No es extraño, por lo tanto, que en los últimos tiempos su exposición a la deuda pública de los países más afectados por la crisis europea haya ido descendiendo, incluida la española. El año pasado, no obstante, el fondo incrementó su participación en grandes compañías españolas. Una tendencia que, vistos los nuevos planes, habrá que cruzar los dedos para que siga manteniéndose
en el futuro.

8-IV-12, G. Moreno, lavanguardia