"El caso Leonard Peltier", Jean-Marc Bertet

Desde 1977, Leonard Peltier, indio, miembro de las tribus sioux, está preso en la penitenciaría de Leavenworth en Kansas, Estados Unidos. Tiene 58 años y está purgando una doble pena de cadena perpetua, por la acusación de asesinato de dos agentes del FBI. Hace 25 años que clama su inocencia. Sus defensores sostienen que fue víctima de un proceso político y una condena "ejemplar", dado que no hay pruebas de su culpabilidad. Pese a la movilización internacional, Peltier sigue preso y su caso sigue siendo poco conocido por el público en general.

Hablar de los indios de América del Norte remite muchas veces a estereotipos: plumas, bisontes, tiendas… Actualmente viven en Estados Unidos alrededor de tres millones de indígenas, sobrevivientes del genocidio cometido por los colonos y militares estadounidenses en el siglo XIX. La realidad de su vida cotidiana está muy lejos de todos los clichés folklóricos. La mayoría de esos pueblos padecen dificultades económicas y problemas sociales ligados a la pérdida de sus referencias identitarias, entre ellos un alto índice de alcoholismo en muchas tribus. Pese a estos aspectos negativos, los indios siguen siendo unos supervivientes de la historia. Desde hace treinta años viene dándose en las distintas tribus y reservas un proceso de renovación cultural, social y económica. Gracias a sus luchas, estos olvidados de Estados Unidos lograron obtener cierta mejora en su condición.

Sus combates se expresan día a día en los centros comunitarios de las grandes ciudades o en el seno de las reservas, lejos de los destellos de la actualidad, cosa que contribuye al olvido de su causa. Luchan por el reconocimiento de sus culturas, sus lenguas, su identidad. En varias ocasiones estas luchas tomaron un giro violento.

Primero, por supuesto, en el siglo XIX, cuando intentaron preservar sus territorios. En particular los sioux, uno de los pueblos más poderosos de América del Norte, que habían entrado en contacto con los europeos a partir de 1760, por intermedio de los tramperos franceses, lo que explica el elevado número de patronímicos de ese origen, como Leonard Peltier.

A partir de 1854, los sioux entran en conflicto con el ejército de Estados Unidos e intentan frenar la avanzada de los colonos. Durante veinticinco años, bajo la conducción de jefes míticos como Sitting Bull, Red Cloud y Crazy Horse, resistieron valientemente la ofensiva del ejército, al que derrotaron en la famosa batalla de Little Big Horn, en 1876, durante la cual será asesinado el general Custer. Luego de la muerte de Crazy Horse en 1877, el sometimiento definitivo de Red Cloud y el asesinato de Sitting Bull en 1890, la matanza de Wounded Knee en diciembre de ese mismo año puso fin a la resistencia de los sioux.

Encerrados en reservas en los Estados de Dakota del Sur y del Norte, los sioux padecerán la humillación, la miseria, la aculturación y la desposesión. Pero su espíritu de resistencia seguirá vivo. En 1934, una nueva ley, supuestamente más favorable, creó “gobiernos tribales” elegidos por ellos mismos. De hecho, esos “gobiernos” no representaban las verdaderas aspiraciones del pueblo sioux. En los años ’50, muchos indios habían sido obligados a partir para instalarse en las ciudades. Sobre todo algunos jóvenes, que inspirándose en la protesta política de esa época (Black Panthers, portorriqueños, chicanos, opositores a la guerra de Vietnam…) crearon en 1968 su propio movimiento reivindicativo, el American Indian Movement (AIM). Siguiendo el modelo del movimiento por los derechos cívicos de los negros, el AIM toma rápidamente un considerable impulso.

Aquí aparece en la historia Leonard Peltier, quien se incorpora muy pronto –y muy joven– al movimiento1. Participa en acciones militantes, en la lucha contra el alcoholismo, la distribución de alimentos y ayudas, la creación de programas de autoabastecimiento, la restauración de las actividades religiosas tradicionales; apoya el renacimiento de las lenguas autóctonas.

Mediante acciones espectaculares, pero no violentas, el AIM busca llamar la atención sobre las dramáticas condiciones de vida de los indios. En 1970 Peltier participa en la ocupación del Fuerte Lawton, donde se encuentra con los principales dirigentes del movimiento: Dennis Banks y Russel Means. En 1972, organiza la Marcha de los Tratados Violados que acaba con la ocupación de la Oficina de Asuntos Indígenas en Washington, episodio que tuvo gran resonancia en los medios. Desde entonces, el AIM será considerado por el FBI como una organización “subversiva” y sus jefes como “enemigos”.

Comandos paramilitares

La administración del presidente Richard Nixon pone entonces en marcha un programa de contra-espionaje interno (COINTELPRO) para infiltrar y desestabilizar a las organizaciones “subversivas”, entre ellas el AIM. En noviembre de 1972, acusado de agresión contra agentes del FBI, Leonard Peltier permanece preso cinco meses, para ser liberado luego por falta de pruebas: el caso había sido “armado” del principio al fin para comprometerlo.

Paralelamente, el FBI favorece la elección como presidente del consejo tribal de Pine Ridge (reserva emblemática de los sioux) de Richard “Dick” Wilson, un “colaborador” elegido con menos del 20% de los inscriptos… Su misión es restablecer el orden dentro de esta reserva, considerada como el santuario de los “agitadores”. Con fondos secretos, Wilson crea una milicia, los Goon Squads (Guardians Of Oglala Nation). Para protestar contra los métodos violentos de los Goon Squads, los sioux, ayudados por militantes del AIM, ocupan en febrero de 1973 la histórica aldea de Wounded Knee. Leonard Peltier participa en la ocupación. Las autoridades sitian la aldea durante 3 meses, dudando entre atacar o no, y matan a dos sioux. En mayo de 1973 los sitiados se rinden, luego de haber exigido que se inicien negociaciones sobre los tratados violados y las condiciones de vida de los indios. En los meses siguientes, Dick Wilson y sus Goons tienen carta blanca para combatir a los opositores. Una ola de terror se abate sobre Pine Ridge: 80 militantes son asesinados entre noviembre de 1973 y fines de 1975… Frente a los crímenes de las milicias, los viejos combatientes piden ayuda al AIM. Los militantes, entre ellos Leonard Peltier, intervienen y consiguen aplacar bastante la represión de los Goons. Se establecen en la propiedad de una familia amiga, cerca de la aldea de Oglala, en la reserva de Pine Ridge.

Una mañana de junio de 1975, la propiedad amanece rodeada por Goons, agentes del FBI y gran número de policías. Alrededor de las 11.30, dos agentes federales, Ronald William y Jack Cooler, ingresan en la propiedad persiguiendo a un joven sioux, Jimmy Eagle. A partir de ese momento los testimonios son confusos; al parecer, los agentes dispararon al vehículo conducido por Eagle. Creyendo que se trataba de una intervención de los Goons, los militantes responden. Las fuerzas policiales y los Goons pasan a la ofensiva. Estalla un tiroteo cruzado. Dos militantes del AIM procuran aproximarse a William y Cooler para quitarles las armas. Los encuentran muertos…

Los miembros del AIM deciden huir y, contra toda previsión, lo consiguen. Sólo un joven sioux, Joe Suntz Killsright, resultó abatido. Leonard Peltier siempre afirmó haber permanecido cerca de la casa y reconoce haber disparado, pero no haber apuntado nunca a William y Cooler.

A partir de este enfrentamiento armado, una gigantesca campaña mediática intenta criminalizar al movimiento indio. Se abate la represión sobre todas las reservas. Se emiten órdenes de detención contra Jimmy Eagle, Dino Butler, Bob Robideau y Leonard Peltier. Butler y Robideau son rápidamente detenidos. Peltier, que teme por su vida, huye a Canadá.

Butler y Robideau son juzgados en Iowa. Un jurado popular los absuelve, suscitando la furia de las autoridades, que concentran entonces sus esfuerzos contra Leonard Peltier, único acusado del doble asesinato y que el FBI consigue hacer extraditar de Canadá.

Su proceso tuvo lugar en la ciudad de Fargo (Dakota del Norte), región de ganaderos hostiles a los indios. El jurado, por lo demás, estaba enteramente compuesto por representantes de esa categoría social. Se lanza una campaña de desinformación. Se habla de amenazas de atentados o de ataques armados de los militantes del AIM para liberar a Peltier… Los miembros del jurado, atrapados en la paranoia general, son trasladados en furgones blindados y aislados en sitios con sistemas de seguridad…

El juez decide que todos los testimonios de la defensa relativos al clima de terror de la época son inadmisibles, así como todos aquellos que pueden cuestionar al FBI o a los Goons. No quiere que se vuelva a hablar de los elementos que hicieron posible la absolución de Butler y Robideau.

En cambio, no rechaza los testimonios de ciertos agentes que sostienen haber visto a Peltier disparando contra William y Cooler con un fusil AR15. Otro agente afirma haber identificado a Peltier gracias a la mira de su fusil. Los abogados de Peltier demuestran que es imposible identificar a nadie desde el lugar donde se encontraba ese agente. El juez no admite ninguna objeción de la defensa. Y sobre bases completamente vagas condena dos veces a Leonard Peltier a cadena perpetua. Peltier apela pero la corte confirma la sentencia.

Pruebas cuestionadas

En 1981, nuevos documentos permitirán iniciar una nueva serie de apelaciones. Un experto confirma ante el tribunal que el fusil AR15 utilizado para acusar a Peltier no puede ser el arma que mató a los agentes puesto que los cartuchos no coinciden…

En su dictamen del 22 de setiembre de 1986, la Corte de Apelaciones concluye que el informe de balística provisto durante el proceso era “sospechoso”, declara que esta nueva prueba crea solamente la “posibilidad” y no la “probabilidad” de que Peltier haya matado a los agentes, y admite que ese hecho “habría podido cambiar el veredicto del primer proceso”. ¡Pero confirma la sentencia!

En 1987, la Corte Suprema se niega a pronunciarse sobre el caso. En 1993, la Comisión de Liberación bajo palabra rechaza un pedido de liberación. Durante una nueva audiencia, en 1995, Peltier es defendido por Ramsey Clark, ex ministro de justicia. El procurador Lynn Crook admite ¡“que no existe ninguna prueba contra Leonard Peltier”! Añade que el gobierno “nunca lo acusó realmente de asesinato directo” y que, en caso de un nuevo juicio, “la justicia no podría volver a condenarlo”. De todos modos, el Consejo de libertad condicional estima que no puede liberarlo, ya que Peltier sigue clamando su inocencia, cosa que “no es compatible con la decisión del jurado”.

Sólo queda la gracia presidencial. En 1996, Clinton afirma : “No olvidaré a Leonard”, pero a fines del año 2000, luego de la elección de George W. Bush, no hace nada. No siendo Bush un amigo de las minorías indias, la esperanza de ver libre a Leonard Peltier disminuye.

La opinión pública internacional, con el apoyo del Congreso Nacional de los Indios de Estados Unidos, el Consejo Nacional de las Iglesias, Amnesty International, y personalidades como el subcomandante Marcos, Nelson Mandela, Monseñor Desmond Tutu, Rigoberta Menchu, el Dalai Lama, así como decenas de miles de ciudadanos de todo el mundo, luchan por la revisión del proceso2. Porque cada vez resulta más evidente que el verdadero crimen de Leonard Peltier –“United States Prisoner 89637-132”– es ser un indio y haber cometido el error de defender los derechos esenciales de esos pueblos primitivos con los que Estados Unidos todavía no saldó su deuda histórica3. Gran número de etnólogos y amigos de los indios se alistan en este combate4, que es el combate de la dignidad arrebatada a un hombre a causa de su compromiso político y su origen étnico.

  1. Véase Leonard Peltier, Écrits de prison. Le combat d’un Indien (prefacio de Danielle Mitterrand, prólogo de Ramsey Clark), Albin Michel, París, 2000. Una magnífica obra teatral, Ma vie est ma Danse du Soleil, fue extraída de ese libro. La editorial Albin Michel decidió entregar la totalidad de las ganancias por la venta del libro al Comité de Defensa de Leonard Peltier (LPCD).
  2. Existe un Comité internacional de defensa de Leonard Peltier: Leonard Peltier Defense Comitee (LPDC). Dirección : LPDC-International Office, PO Box 583, Lawrence, Kansas 66044, Estados Unidos. Sitio web: lpcd@freepeltier.org
  3. Se filmaron dos películas sobre el caso Peltier: el documental de Michael Apted Incident à Oglala y C?ur de Tonnerre con Val Kilmer, Graham Green y Sam Sheppard.
  4. En Francia, el Comité de apoyo a los indios de Estados Unidos (CSIA: www.csia-nitassinan.org) y el Comité de defensa de Leonard Peltier, bajo la dirección de Sylvain Duez, (www.freepeltier.org) difunden la información y acciones a llevar a cabo para apoyar a Peltier.

XII-2002, Jean-Marc Bertet, lemondediplomatique