Txetxènia: la fi d’una guerra que no marca l´inici de la pau

(remember Anna Politkòvskaya)

Ayer se hizo realidad el último sueño de Ramzan Kadirov. El jefe de Chechenia, de 32 años, ha cumplido con la tarea que le encomendó el Kremlin: estabilizar la región. Ahora muestra orgulloso su ciudad: Grozny, la capital, que en 1999 quedó arrasada, convertida en un amasijo de escombros y vigas retorcidas. Donde antes había ruinas, Kadirov ha levantado la mezquita más grande de Europa, palacios y bulevares que recuerdan a la ciudad verde de la publicidad soviética, cuando Grozny era la perla del Cáucaso.

"Hoy Chechenia, como admiten miles de visitantes, es una región pacífica y en desarrollo", dijo Kadirov tras conocer el levantamiento de la operación antiterrorista, una especie de declaración del fin de la guerra.


Ramzan Kadirov & Vladimir Putin

Sin embargo, los métodos utilizados para pacificar Chechenia han sido criticados por las organizaciones de derechos humanos.

La declaración de zona de operaciones especiales o antiterroristas de 1999 creaba una zona de vacío de derechos en el país, explica, desde la fundación Memorial, Alexander Cherkasov. Según los activistas de derechos humanos, en este tiempo han desaparecido en Chechenia entre 3.000 y 5.000 personas.

Los comandos a las órdenes de Kadirov, una especie de ejército personal, han sido en muchas ocasiones señalados por los activistas. En Chechenia, explican en Memorial, hay subdivisiones de las fuerzas de seguridad que actúan por consignas internas, y no según la ley. "El cambio del régimen de operaciones contraterroristas está bien, ya que violaba los derechos ciudadanos. Pero cuando se vayan las fuerzas federales nadie va a contener a los órganos de seguridad chechenos", apunta Lev Ponomariov, del movimiento Por los Derechos Humanos. Estas organizaciones han denunciado que la mayoría de los abusos en Chechenia hay que atribuirlos a los paramilitares del presidente. La periodista Politkovskaya, asesinada en el 2006, denunció sus abusos. La "pacificación" subrayada por el líder checheno se ha efectuado por la fuerza, en una especie de lucha de clanes que levanta dudas sobre el futuro.

El clan de los Kadirov, dirigido por Ahmad Kadirov, luchó en el bando independentista en la primera guerra de Chechenia (1994-96), pero se pasó al lado ruso en cuanto comenzó la segunda, en 1999. Desde entonces, su hijo Ramzan lideró una milicia respaldada por las fuerzas de seguridad rusas.

Uno de los enemigos de Kadirov, el general ruso Sulim Yamadayev, fue tiroteado en marzo en Dubái. La policía de ese emirato sostiene que el diputado en la Duma Adam Delimjanov, colaborador de Kadirov, es sospechoso de ordenar el asesinato. Yamadayev es el último de los adversarios del líder checheno muerto de forma violenta.

17-IV-09, G. Aragonés, lavanguardia

Chechenia ha vivido en estado de guerra prácticamente en los últimos quince años. Aunque se siguen registrando choques esporádicos con los rebeldes, los combates en la región hace varios años que han bajado en intensidad, aunque han aumentando peligrosamente en las regiones vecinas de Ingushetia y Daguestán. Sin embargo, las autoridades rusas mantenían un régimen especial sólo para Chechenia. Esta situación cambió ayer cuando el Comité

Nacional Antiterrorista, por orden del presidente Dimitri Medvedev, levantó el régimen de operaciones antiterroristas que ha regido en Chechenia en la última década. La orden, firmada por el presidente del comité y director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, heredero del KGB soviético), Alexander Bortnikov, indica que "desde las cero horas del 16 de abril" la lucha contra el terrorismo en Chechenia se llevará a cabo como en otras regiones del país.

Básicamente, la declaración de zona de operaciones antiterroristas, que fue firmada por el ex presidente Boris Yeltsin el 23 de septiembre de 1999 al inicio de la segunda guerra de Chechenia, imponía en el territorio de esta república del norte del Cáucaso una serie de limitaciones, relacionadas con el registro de los ciudadanos, el control de sus movimientos o el funcionamiento de las infraestructuras, especialmente los aeropuertos.

Según Tatiana Lokshina, experta de la ONG internacional Human Rights Watch, uno de los aspectos positivos de la decisión que se tomó ayer es que en Chechenia se tienen que eliminar los obstáculos al trabajo de los medios de comunicación extranjeros, y el poder debe argumentar que sus acciones están dentro de la ley. Las organizaciones humanitarias acusan a la policía del presidente de Chechenia, Ramzan Kadirov, de ser la responsable de la mayoría de las violaciones contra los derechos humanos, así como del secuestro y asesinato de enemigos políticos.

La decisión, que puede parecer lógica por el descenso de la actividad armada, también responde, según muchos expertos, a cálculos económicos. Hay quien señala a la actual crisis global. Hace unos días el presidente de la Duma, Boris Grislov, aseguró que "garantizar el régimen de operaciones contraterroristas suponía emplear muchas más fuerzas y recursos".

Lokshina indica que el recorte de la Duma de casi un 30% en la asignación a Chechenia ha hecho que Grozny, y especialmente Ramzan Kadirov, hayan presionado para que finalmente se elimine esta situación excepcional.

Así las cosas, el aeropuerto de la capital recibirá estatus internacional y su aduana se abrirá, lo que supone una oportunidad para recibir inversión extranjera. La noticia "la han acogido con satisfacción muchos hombres de negocios de los países de Europa oriental y occidental, de Oriente Medio y de Asia que hace tiempo mostraron interés en Chechenia y quieren poner más inversión en su economía, pero que no lo hacían por las limitaciones que imponía la operación contraterrorista", argumentaba ayer el propio Kadirov.

Según el jefe de Chechenia, los objetivos que se fijaron hace diez años ya se han cumplido. Entusiasmado con la decisión, Kadirov dijo que desde ahora el 16 de abril debe ser fiesta nacional en Chechenia.

Otra de las consecuencias de la orden firmada ayer es la retirada gradual de las fuerzas que tiene desplegadas en Chechenia el Ministerio del Interior, entre policías, soldados y cuerpos especiales. Esta reorganización afecta a unos 20.000 hombres. No se incluye, sin embargo, a una división del Ministerio del Interior y a una brigada de Defensa que tienen en Chechenia su base permanente. Tampoco se relajarán las medidas de seguridad para toda la región del Cáucaso. Por ejemplo, se mantendrá la vigilancia de las fronteras de Chechenia con las repúblicas vecinas. "Los puestos fronterizos se quedarán", pero "no se reforzarán a no ser que sea necesario", apuntó el presidente de Ingushetia, Yunus-Bek Evkurov.

La segunda guerra de Chechenia comenzó en el verano de 1999. El 7 de agosto unos mil guerrilleros chechenos encabezados por Shamil Basayev y el mercenario árabe Jattab lanzaron una incursión en Daguestán desde la Chechenia independiente (llamada República de Ichkeria). Una serie de atentados en edificios de viviendas en ciudades rusas (Moscú, Volgodonsk y Buinaksk), atribuidos a terroristas chechenos, sirve de excusa para enviar al ejército ruso a Chechenia. Al contrario de lo ocurrido en la primera guerra (1994-1996), las tropas rusas se hacen con el control en pocos meses. En diciembre ya han conquistado casi toda la región y el 6 de febrero del 2000 controlan Grozny.

17-IV-09, G. Aragonés, lavanguardia