entrevista a Malén Aznárez, presidenta de Reporteros sin Fronteras España

Malén Aznárez, periodista y presidenta de Reporteros sin Fronteras España. Tengo 68 años. Nací en Santander y vivo en Madrid, en pareja. No tengo hijos. He sido reportera y directora de informativos de Radio Nacional. Los políticos cada vez están más alejados de los ciudadanos. Me rebelo contra la aceptación del capitalismo salvaje. Soy agnóstica.

Durante el 2011 han muerto 97 periodistas, la mayoría asesinados, y se ha encarcelado a 171 y a 129 internautas.

¿Cómo ha influido la primavera árabe?
Confiábamos en que al caer esos regímenes autoritarios se ganaría libertad de información. Pero en Egipto la junta militar ha seguido encarcelando a internautas con juicios sumarísimos militares y sin ningún tipo de respeto por la libertad de prensa.

En Bahréin ha sido peor.
Ha habido un fuerte acoso a los periodistas, expulsiones y dos asesinatos. Todo ello ante el silencio de Occidente. En Siria ya hay nueve periodistas muertos.

¿Cuál es el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo?
Pakistán: han muerto 11 periodistas en el 2011. Le sigue México, con diez periodistas asesinados. Algunos han aparecido degollados con un cartel colgando: "Por mis reportes". Otros han sido secuestrados. La situación empeora a causa de la impunidad. En Honduras han asesinado a cinco y los ataques y amenazas han sido masivos. Cada vez cuesta menos matar a alguien.

Brasil se pone a la altura.
Sí, cinco periodistas asesinados. Allí el crimen organizado gana fuerza.

En China se los silencia de otra manera.
Es la mayor cárcel del mundo de periodistas (30 en estos momentos) y de blogueros (71). Pero Eritrea gana en proporción: tiene a 38 encarcelados en el desierto, la mayoría sin acusación formal, sin juicio, y sin noticias de ellos. Algunos llevan así diez años.

China ha establecido la gran muralla informática.
Sí, con un regimiento de cibernautas que establecen todo tipo de censura. Tenemos apadrinado un periodista, Hada, que, según el Gobierno, ya está libre tras diez años de cárcel, pero él y su familia han desaparecido.

¿Qué ocurre en Turquía?
Un país que pasa por ser el ejemplo de islam democrático tiene más de 60 periodistas encarcelados. Y una censura fortísima en internet con palabras eliminadas como cuñada, libre, embarazada...; absurdo.

Habría que tomar medidas internacionales.
La Unión Europea ha de hacer que determinados países que reciben su ayuda, como Eritrea, cumplan unos mínimos derechos humanos. En muchos países los propios periodistas no tienen a donde acudir cuando se sienten amenazados porque saben que la policía esta infiltrada por la corrupción.

Parece que estemos en la edad media.
Los gobiernos deben exigir a los países con los que tienen relaciones económicas que esa situación cambie. Pero ¿quién exige a China derechos humanos? ¿O quién exige a Turquía que abandone su abusiva ley antiterrorista si quiere entrar en la UE?

Estados Unidos con el movimiento Ocupa Wall Street ha tenido un retroceso.
Sí, más de 25 periodistas padecieron durante dos meses detenciones, y la policía decidió que para cubrir las manifestaciones debían llevar una acreditación dada por la propia policía de manera aleatoria.

El poder siempre intenta controlar la información.
Uno de cada tres internautas no tiene acceso a una información libre y 66 países tienen establecida censuras en internet, incluidos países democrático.

Suena todo muy peligroso.
Antes los periodistas que cubrían conflictos morían accidentalmente, ahora se han convertido en objetivo deliberado por parte de todos aquellos que no quieren que la información se difunda: gobiernos, guerrillas, ejército, mafias, crimen organizado...

Bueno, lo del reporterismo va a la baja.
Los reporteros iban, hasta hace poco, respaldados por los medios; ahora la mayoría se aprovechan de los free lance que van a cubrir conflictos en condiciones lastimosas.

Muchos son periodistas jovencísimos.
Algunos, recién llegados a la profesión que, al no tener una oportunidad profesional, deciden jugarse el tipo: sin chaleco antibalas, sin seguro y arriesgando muchísimo. Así nos ha llegado la mayor parte de información de la primavera árabe y de Siria.

¿Ahora más que nunca ganar dinero es más prioritario que la información?
Está habiendo una evolución por la doble crisis de la prensa, la económica y la de las nuevas tecnologías, que hace que el periodismo esté abandonando ciertos principios como la información por encima de todo. Llevamos años en que eso se ha perdido.

Pues perdemos mucho.
Sí, ni la libertad de prensa ni la calidad de la información están en un buen momento. Muchos de los periódicos de internet que no se abastecen del equipo de un buen periódico de papel son un corta y pega.

Hay mucho cínico que dice que a la gente la información no le interesa.
Porque durante muchos años lo importante ha sido lo divertido, lo frívolo, el consumo, el acceso rápido. Da miedo pensar lo que nos ha costado llegar a tener una prensa libre y lo fácilmente que se está deteriorando, por ahora en calidad y en rigor. Sin una prensa libre no puede haber democracia.

A menudo la prensa es sierva de intereses económicos y políticos.
En eso hemos empeorado. Al haber menos medios y puestos de trabajo, la autocensura se impone con muchísima más facilidad.

Reporteros sin Fronteras nació hace 26 años en París para la defensa de la libertad de información. Tienen teléfonos de 24 horas para socorrer a los periodistas. Están en contacto con los gobiernos y las familias para ayudar en las negociaciones y repatriación. Aznárez, periodista de raza formada en la transición y enamorada de su profesión, batalla contra el desengaño. Fue la primera mujer que dirigió en España una cadena de periódicos y la primera directora de los informativos de RNE. Antes de jubilarse fue, 20 años, defensora del lector en El País. Repasamos el lastimoso informe de la libertad de prensa del 2011, uno de los más sangrientos, que su organización ha elaborado.

10-III-12, Ima sanchís, lacontr/lavanguardia