l’(auto)frau del sud d'Europa

Las fotos aéreas en alta definición confirmaron las sospechas y revelaron la dimensión colosal del fraude. En Italia hay al menos un millón de "inmuebles fantasma" (ese es el término oficial usado por el Gobierno). Eran, exactamente, 1.081.698 las "unidades inmobiliarias" no registradas en el catastro y de facto inexistentes para el fisco que habían sido descubiertas hasta el 31 de diciembre del año pasado. Quedan por analizar, de aquí a junio, otros 368.664 inmuebles sospechosos.

Según reconoció a La Vanguardia un portavoz de la Agencia del Territorio, el Estado no sabe qué porcentaje de los inmuebles fantasma son estructuras construidas de forma totalmente ilegal. Es evidente que una parte lo son.

Otros obtuvieron las preceptivas licencias de obras de los ayuntamientos pero luego nunca fueron registrados en el catastro por sus propietarios ni pagaron los impuestos que debían.

Sí se ha averiguado de qué modalidad de inmuebles se trata: el 34% son viviendas, el 31% almacenes, el 18% garajes y el 17% restante está catalogado bajo la categoría de "otros". Por 472 regiones, Sicilia es la líder destacada en inmuebles fantasma, seguida de Campania y Apulia, todas del sur.

En el norte se cumple más la ley, pero Lombardía concentra también una respetable cifra de 54.975 estructuras no declaradas. Por ciudades, la campeona es Nápoles. Por provincias, gana la de Trapani (Sicilia), cuna, por cierto, del último gran boss de Cosa Nostra todavía prófugo de la justicia, Matteo Messina Denaro.

El asunto puede convertirse, pues, en un auténtico maná para las magras arcas públicas en tiempos de crisis, un maná venido del cielo, gracias a las modernas técnicas - las mismas usadas por los servicios de espionaje-para obtener y analizar fotos aéreas muy precisas.

La existencia de más de un millón de inmuebles no censados supone una ilegalidad gigantesca, casi inconcebible en un país desarrollado y miembro fundador de la Unión Europea. La merma de ingresos fiscales distorsiona las cuentas italianas. Pero luego hay que considerar la parte de viviendas que se han construido sin permiso en lugares no autorizados. Eso puede acarrear graves riesgos sanitarios, de seguridad y de protección civil.

8-III-12, E. Val, lavanguardia