revocatòria del governador de Califòrnia (un’altra cultura política)

Biden se la juega en la revocatoria del gobernador demócrata de California

El juego político en EE.UU.

“O sigo yo o vuelve Trump”, es la frase favorita de Newsom para defender el cargo

California Gov. Gavin Newsom is photographed during a TV interview before a rally against the California gubernatorial recall election on Sunday, Sept. 12, 2021, in Sun Valley, Calif. (AP Photo/Ringo H.W. Chiu)

El gobernador de California, Gavin Newsom, el pasado domingo en una entrevista radiofónica

Ringo H.W. Chiu / AP

Joe Biden viajó ayer al oeste de Estados Unidos para ayudar a extinguir los efectos de distintos fuegos: los que asolan amplias superficies de Idaho y California, y el incendio político declarado en ese segundo estado con el voto revocatorio contra el gobernador demócrata, Gavin Newsom. El mandatario estatal se somete hoy a una suerte de moción de censura popular, y al gobierno de Biden le va mucho en ello. Si una mayoría de votantes se pronunciara a favor de expulsar del cargo a Newsom y eligiera como reemplazo a un republicano, el bando demócrata no sólo saldría muy tocado con vistas a los comicios de medio mandato en noviembre del 2022 sino que podría llegar a perder el control del Senado.

El proceso revocatorio se activó la pasada primavera por instigación de la derecha ultraconservadora, con el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, a la cabeza de la operación. Gracias al rechazo que las duras exigencias de Newsom para la prevención de la pandemia despertaron en un sector de la población, así como a su metedura de pata cuando fue visto sin máscara en un exclusivo restaurante, los promotores de la remoción no tardaron en reunir el millón y medio de firmas requeridas –y 100.000 más– para celebrar la votación.

Frente a unos sondeos que auguran el triunfo del californiano, el expresidente Trump y los suyos hablan ya de "fraude"

Entre los 46 candidatos a reemplazar a Newsom hay de todo. Aspiran al cargo la rubia hollywoodiense Angelyne, conductora de un Corvette rosa y reina de las vallas publicitarias; el empresario John Cox, que hizo campaña con un oso Kodiak; la atleta olímpica y estrella de la tele Caitlyn Jenner, o el youtuber Kevin Paffrath, cuya fama aumentó cuando propuso resolver los problemas de agua de California con una tubería desde el río Misisipi.

Pero el aspirante con más posibilidades, si Newsom pierde, es el locutor de radio Larry Elder, conservador republicano contrario a las normas de uso de la mascarilla, opuesto al aborto y a un salario mínimo, y que cuestiona hasta los derechos de las mujeres o el cambio climático. Newsom tomó estos pronunciamientos de Elder para describirle como un clon de Donald Trump que, de triunfar en la votación de hoy, revertiría los avances de California frente al virus y “vandalizaría” la identidad progresista de California.

Lee también

Biden, bajo la sombra de la decepción

Fernando García Joe Biden, fotografiado a su llegada a Philadelphia en el Air Force One el pasado viernes, va a la baja en las encuestas tras la retirada de Afgnistán

La estrategia del gobernador pasa por agitar el fantasma del expresidente para hacer ver que es él quien está realmente detrás de su cuestionamiento. De ahí que Newsom pasara las últimas semanas repitiendo: “El año pasado derrotamos a Trump, y os doy las gracias por ello, pero todavía no hemos derrotado al trumpismo”. Así que esta elección, llegó a decir, “es cuestión de vida o muerte”.

Aunque tan dramática afirmación resulte exagerada, es cierto que la derrota en California podría tener un precio desmesurado para los demócratas del país en su conjunto. Una de sus dos representantes en el Senado, Dianne Feinstein, tiene 88 años y las dudas sobre sus facultades mentales –sobre todo su memoria– plantean la posibilidad de que deba dejar el escaño mucho antes que su mandato expire en enero del 2025. Si eso ocurriera, el encargado de designar sustituto sería el gobernador. Y Larry Elder ya ha dejado claro que, de ganar el la votación de hoy y de tener luego que sustituir a Feinstein, nombraría a un republicano. Lo cual ocasionaría un terremoto político en Washington. Porque los demócratas controlan dicha cámara sólo con la mitad de los escaños (50) más el voto de calidad de la vicepresidenta electa, Kamala Harris, en casos de empate. Ese delicado equilibrio se rompería obviamente a favor de los republicanos en el caso de que una victoria en la revocatoria y una salida anticipada de Feinstein les permitiera consumar la carambola.

Biden conversa con Lauren McLea, alcaldesa de Boise, Idaho, a su llegada a este estado para supervisar y apoyar las labores de extinción de los incendio allí declarados

Biden conversa con Lauren McLea, alcaldesa de Boise, Idaho, a su llegada a este estado para supervisar y apoyar las labores de extinción de los incendio allí declarados

EVAN VUCCI / AP

El alto riesgo que corren Biden y los suyos ayuda a entender el despliegue de recursos que han dedicado a defender la permanencia de Newsom. Su oficina de campaña logró recaudar la friolera de 70 millones de dólares, con aportaciones tan destacadas como las del cofundador y presidente de Netflix, Reed Hastings, o el magnate y filántropo George Soros (500.000 dólares cada uno).

En cuanto al despliegue humano, la participación de Biden en el acto previsto anoche venía precedido por el que Kamala Harris protagonizó el pasado miércoles, así como por las apariciones de Barack Obama y el senador Bernie Sanders en vídeos de la campaña.

Newsom recaudó de 70 millones de dólares, incluidas las aportaciones del cofundador y presidente de Netflix, Reed Hastings, o del magnate y filántropo George Soros (medio millón cada uno).

Los sondeos y datos de participación en el voto por correo favorecen a Newsom. En la primera y más importante de las dos preguntas a las que los votantes han de responder –¿Se debe destituir a Newsom? ¿Y, de ser así, quién debe reemplazarlo?–, el gobernador podría recibir un 58% de apoyos, mediante la negativa a sustituirle.

Los republicanos ya tienen preparado qué dirán si pierden. Es fácil de adivinar, dado el precedente de las presidenciales: el triunfo de Newsom, dirán, es un fraude. No es una hipótesis: Larry Elder ya dijo estar “preocupado” por un tongo, y el propio Trump predijo que sería “una elección amañada”. Más leña al fuego.