el trabajo después de los 65

Roberto Ors, 71 años Director de proyecto y jefe de obra de Abantia Fluid & Gas. Se declara "un amante de la familia" y presume de haber sabido cuidar de su mujer, sus 4 hijos y sus 6 nietos sin dejar su trabajo, que le apasiona. Dice que el año que viene empezará a pensar en la retirada.

¿Por qué sigue en activo?

Fue la propia empresa la que me animó. Cuando llegué a la edad de jubilarme hubo un problema con un proyecto que yo había liderado. La compañía me pidió que me quedara para ayudarles, y hasta hoy. Me encuentro bien y hago un trabajo que me gusta, así que estoy encantado.

¿Ha cambiado su rutina laboral?

Sí, ahora paso más tiempo en la oficina y no viajo tanto. Tengo la jubilación parcial y no me hace falta cumplir ocho horas cada día en la oficina, sino que vengo sólo un rato en función de las necesidades del proyecto que lleve en cada momento. Tengo la suerte de que mi empresa no es una fábrica con horarios estrictos, sino que tengo mucha flexibilidad. Por ejemplo, ahora estoy visando un plano para el golfo de Omán. A mi edad, con unas pocas llamadas puedo solucionar en un momento lo que cuando tenía 40 años me llevaba horas de esfuerzo.

¿Qué le aporta seguir trabajando a su edad?

Para mí mi trabajo no es un sacrificio porque me lo paso en grande, es una golosina que me permite tener contacto diario con personas de distintas edades. Pasar tiempo con gente joven te supone estar al día de las ideas actuales, que a mi edad pueden sorprenderme pero es lo que se mueve por el mundo. Cuando pasas de los 65 años te tomas el trabajo de otra manera: yo vengo a disfrutar y estar satisfecho, no a ganarme un jornal.

¿Qué opina su familia?

Ellos me entienden y me animan a seguir trabajando y creo que nunca les he defraudado como marido, padre y abuelo.

¿Hasta cuándo piensa seguir en activo?

Más allá de este año no creo que siga. No porque no tenga fuerza o ilusión, sino porque creo que ha llegado el momento de que este ciclo se acabe.

20-I-08, dinero/lavanguardia