entrevista a Jacques Attali, President de la Comissió per al Creixement de França

Jacques Attali, preside la Comisión para el Crecimiento de Francia; fundador del BERD. Tengo 65 años: nunca me sentí tan joven. Nací en Argel: soy judío sefardí de ascendencia española y francés y europeo... El hombre tiene múltiples dimensiones, aunque le obliguen a elegir sólo una. Soy socialista, pero no veo contradicción en trabajar para Francia con Sarkozy.

Le he preguntado al president Montilla por qué no ha creado plataformas que permitan a talentos como Josep Piqué - y otros muy buenos - trabajar para su gobierno, para la administración, para la sociedad entera...

¿. ..?

Creo que ningún cerebro debe reservarse sólo para un partido. En estos momentos no nos podemos permitir el lujo de desperdiciar capacidades por fidelidad a una etiqueta partidista u otra. Nuestra vocación de servicio a toda la sociedad debería estar por encima de cualquier partidismo.

También proporciona ventaja estratégica opar a los cerebros de la oposición.

Pero es que el propio presidente Sarkozy es políticamente inclasificable: en algunos asuntos está a la izquierda de la izquierda y en otras a la derecha de su propio partido.

Usted trabajó para Mitterrand y ahora preside una comisión clave para Sarkozy.

Y no por eso dejo de ser socialista. Soy de izquierdas, pero quiero servir a Francia y ahora presido la comisión para el crecimiento que pretende detectar los obstáculos que frenan nuestro progreso. Y desde luego que también hubiera trabajado encantado para Ségolène Royal.

¿Elaboran conclusiones genéricas?

Elaboramos leyes. Sarkozy me prometió - literalmente-que haría lo que le dijéramos...

¿Y qué le dicen?

Entre otras cosas, apuntamos medidas muy controvertidas - lo sé-pero necesarias, como el derecho a trabajar mientras quieras.

Si tienes trabajo.

Me refiero a legislar para que la edad de jubilación deje de ser obligatoria: que cada uno decida cuando se jubila.

Eso es dinamita.

... Sí, sí, sé que es muy complejo sacar la propuesta adelante, pero lo que decidimos serán leyes, no un informe: luego habrá que confiar en que se conviertan en realidades.

¿Qué más proponen para crecer?

Movilidad de todo tipo: movilidad social, eliminar las trabas que frenan el ascenso a quien lo merece, movilizando así energía para la creatividad y la innovación; agilizar también la movilidad territorial nacional e internacional y propiciar la competencia, suprimiendo monopolios e inmovilismos...

Tampoco suena a complaciente.

No lo es, pero por eso mismo es tan necesario. Movilidad demográfica: atraer a los mejores cerebros de cualquier país y después reestructurar la Administración francesa...

Para eso se requieren muchos talentos.

Somos un organismo no bipartidista sino apartidista donde trabajamos juntos 43 profesionales, algunos socialistas y sindicalistas, entre ellos siete no franceses y una española, Ana Palacios. Esperamos que esas medidas sirvan de referencia en toda Europa.

Sarkozy, moverse él se mueve, pero ¿logra mover a Francia?

Francia es desde el siglo XII un país muy centralizado donde la figura del jefe de estado actúa de entrada como un metrónomo que imprime su propio ritmo al estado y, por ende, a toda la sociedad francesa...

¿Lo de Sarkozy es avance o ajetreo?

Mitterrand ralentizó el pulso de la nación y Chirac más todavía. Sarkozy ha logrado acelerarlo y así ha logrado cambiar algunas cosas. La cuestión es saber si esas reformas son esenciales o accesorias.

¿Esta crisis es esencial o accesoria?

Esencial: Occidente se resiste a aceptar su propio declive frente a Asia pero sin medios para evitarla. Asia vive una explosión de vitalidad y crecimiento, mientras Europa es cada vez más burocrática y está más dividida. La potencia militar de EE. UU. completa ese esquema que traslada el eje del mundo del Atlántico al Pacífico, dejándonos a los europeos relegados al rincón de la historia.

Pero el declive de Estados Unidos puede durar siglos.

Su imperio no desaparecerá como el romano; se concentrará en su propio territorio. El imperio romano no fue sustituido y el americano tampoco lo será por el chino. Y atención a África:es el próximo boom. Mientras tanto la UE no tiene proyecto ni a nadie dispuesto a liderarlo. Sarkozy ha sido buen presidente de la UE: con un mandato más largo hubiera sido mejor todavía.

¿La prosperidad china acabará en democracia?

Lo peor es un mercado sin Estado de derecho como Somalia: prefiero un mercado con estado de derecho como China, aunque no sea democrático. Recuerde que China ha vivido 5.000 años de guerras civiles y que su obsesión ha sido y es no desintegrarse...

Por ahora lo logran.

Y recuerde también que a los europeos nos ha costado diez siglos pasar de las autocracias a la democracia: ¿por qué exigimos a los chinos que completen esa transición en sólo 10 años? De momento, vemos avances aperturistas en el propio PCCh y en los municipios. Además, el poder chino es más de administración eficaz que de partido único.

Usted ha escrito y sabe de todo...

Estudié matemáticas, historia, letras, economía... Todo me interesaba y me interesa. La hiperespecialización en boga desde los setenta es cómoda para los especialistas pero empobrece el intelecto y más ahora que se aplica desde el colegio. En cambio, Freud, Marx, Darwin... Fueron creadores porque no se limitaron a un sólo campo. Estudiaron de todo y se preguntaron sobre todo, y eso es lo que yo intento.

Desayunamos en la residencia del cónsul. Al llegar, Attali, que se ha cortado afeitándose, me confunde con el servicio hispano y me pide tiritas. Registro mis bolsillos como si las llevara siempre encima, pero sólo aparece mi casete y, al verlo, se disculpa. Hablo con un Attali sangrante muy puesto en su papel "d ´ homme d ´ Êtat". El cónsul Pascal, despreocupado, me explica el encuentro Montilla-Attali quien, al fin, sonríe: coincidimos en que un presidente debe gobernar con los mejores, aunque sean del partido contrario. Al cabo, somos todos los contribuyentes, no sólo los militantes quienes les pagamos sueldo y tiritas. Hablo occitano con su chófer hasta que le dejamos en el despacho de Fainé.

1-VII-09, Ll. Amiguet, lacontra/lavanguardia


Jacques Attali, presidente de la Comisión para el Crecimiento de Francia - impulsada por el presidente Nicolas Sarkozy en busca de soluciones a la crisis-y antiguo asesor del presidente Mitterrand, no necesita muchas palabras para explicar el desastre social, político y económico de este principio de siglo, ni tampoco para describir las bases de un nuevo mundo, más justo y democrático, basado en una sola moneda y un solo gobierno. El martes, a su paso por el Centro Internacional de Prensa de Barcelona, donde elogió a una Unión Europea a la que ve con todo a favor para dominar el siglo XXI, calculó: "Nos amenazan otros cinco o diez años de depresión" porque, en gran medida, "estamos ante el fracaso del Estado de derecho", y también "del pensamiento ético", por culpa de "un sistema corrupto", de "una economía criminal" donde "un pequeño grupo de personas que no producen riquezas lo acaparan todo legalmente, sin que puedan ser controladas por otras personas".

Frente a este desequilibrio entre el poder de la democracia y el de los mercados, Europa está, a su juicio, mejor situada que EE. UU., China y Japón para garantizar el progreso y una posición dominante en la escena internacional. "La UE conserva un indudable atractivo ideológico", donde el Estado del bienestar garantiza que la clase media no se sienta maltratada, "y mientras así sea no habrá revolución", afirma Attali. El conflicto social es una consecuencia clara de la depresión económica y cree que EE. UU., como también explica en su libro ¿Y después de la crisis qué...? (Gedisa), está más expuesto a él. El dólar se debilita y China, propietaria de gran parte de la deuda norteamericana, prefiere que su ahorro se quede en casa. EE. UU. podría recurrir a la inflación, pero eso dilapidaría los patrimonios. La democracia se pondría en duda y se abrirían grandes espacios para el populismo e, incluso, la teocracia. Es lo que sucede "entre Egipto y Pakistán, la única región donde la economía no ha crecido en los últimos años".

Attali considera que el mundo debe caminar hacia una moneda única (impulsada por el FMI) y hacia un gobierno único en el marco de la ONU: "Habría que convertir el G-8 en un G-24 y fusionarlo con el consejo de seguridad en un nuevo consejo de gobernanza que reagrupe la potencia económica y la legitimidad política." Una utopía, a su entender, imprescindible para la próxima generación.

2-VII-09, X. Mas de Xaxàs, lavanguardia