AFPAK, Afganistan / Pakistan, el niu de la serp

Afganistán es ahora un conflicto global. Barack Obama tiene un problema. La credibilidad de la OTAN está en entredicho. Pakistán e India se enfrentan por terceros interpuestos. Irán se la tiene jurada a los talibanes, que fueron alimentados espiritual y materialmente por Arabia Saudí. Y el terrorismo de Al Qaeda, que tiene allí su epicentro, sigue extendiéndose desde Pakistán hasta Marruecos, pasando por Argelia, cuya guerra civil no fue ajena a Afganistán. Pero el origen de la guerra afgana no fue global.

Esta historia empezó en diciembre de 1979, cuando Estados Unidos no se había recuperado ni de Vietnam ni del derrocamiento del sha, su gendarme en el golfo Pérsico. La Unión Soviética invadió Afganistán e instaló en Kabul un régimen amigo. Washington creyó entonces haber dado con una oportunidad histórica para sacarse la espina y darle la vuelta al orden de las cosas en la guerra fría.

En Pakistán, la pieza clave de todo intento de combatir a los soviéticos en Afganistán, mandaba el general Zia ul Haq, que tenía dos obsesiones: construir un orden islámico en la región y, al mismo tiempo, dotarse de la bomba atómica. Y Washington decidió hacer la vista gorda en ambos casos con tal de obtener su apoyo. La ayuda estadounidense comenzó a ser canalizada, según otra exigencia del general Ul Haq, a través del servicio de inteligencia militar pakistaní (ISI), que a su vez la distribuyó entre los señores de la guerra afganos que Pakistán consideraba más próximos a sus intereses. Y no sólo eso. El ISI también convenció a Washington de la necesidad de reclutar militantes islamistas procedentes de otros países. Tiempo después, el director del ISI, Hamid Gul, afirmó que su agencia llegó a reclutar a unos 50.000 militantes (incluido un tal Osama bin Laden) de 28 países, entre ellos Argelia, donde el regreso de sus muyahidines, una vez derrotados los soviéticos, fue un factor clave en la guerra civil que estalló en 1991. El esquema final fue el siguiente: Pakistán se convirtió en un santuario para la guerrilla musulmana, a la que proporcionó material y entrenamiento, y Arabia Saudí, con 4.000 millones de dólares, y Estados Unidos, con 6.000 millones, hicieron de banqueros. En 1989, los soviéticos, derrotados, completaron su retirada de Afganistán...

12-IV-09, Xavier Batalla, lavanguardia