fa un any, Tusk suspengué la DUI catalana

hace un año, Tusk suspendió la DUI catalana

se cumple un año de la declaración de independencia que el propio Puigdemont suspendió

El aviso de Tusk que interrumpió la DUITusk se reunión con Rajoy el pasado marzo (Emilia Gutiérrez)
10/10/2018 00:04 Actualizado a 10/10/2018 08:29

Pudo haber sido una DUI y no lo fue. Carles Puigdemont declaró y suspendió la independencia de Catalunya en un margen de escasos segundos. Muchas cosas pasaron por su cabeza aquellos días y recientes publicaciones y declaraciones del propio protagonista dan nuevos detalles sobre lo que le forzó a tomar esa decisión. Parece claro que la advertencia de Europa pocas horas del instante de su anuncio, personificada en Donald Tusk , resultó definitiva.

Los días previos al martes 10 de octubre de 2017 fueron de alto voltaje. Pasado el vendaval del 1-O y del 3-O, el siguiente paso que debía abordar el Govern de Puigdemont era el de aplicar los resultados del referéndum. Las expectativas sobre si el presidente de la Generalitat declararía la independencia en cumplimiento de las leyes de ruptura suspendidas por el Tribunal Constitucional crecían. Y con ellas, todo tipo de presiones internas y externas.

El discurso

“Son tiempos extraordinarios para Catalunya y España. Por eso, permítanme enviar un mensaje al presidente de la Generalitat de Catalunya, el señor Carles Puigdemont, poco antes de su discurso. Le pido no sólo como presidente del Consejo Europeo, sino también como firme creyente en la UE, en la unión en la diversidad, como miembro de una minoría étnica y un regionalista, como un hombre que sabe lo que es ser golpeando por las porras de la Policía. Como alguien que entiende los argumentos y emociones de los dos lados. Hace unos días le pedí a Mariano Rajoy que buscara soluciones sin el uso de la fuerza. Que buscara diálogo, porque la fuerza de los argumentos es mejor que los argumentos de la fuerza. Hoy, le pido que respete en sus intenciones el orden constitucional y no anuncie una decisión que haga imposible el diálogo”

Debate interno

 

El propio pleno del Parlament que debía servir para la declaración, convocado para el lunes 9, fue igualmente suspendido por el TC, con lo que Puigdemont esquivó la prohibición solicitando un pleno para el día siguiente simplemente con el fin de“informar sobre la situación política actual”.

El debate en el seno del independentismo fue intenso, incluso áspero. Un sector abogaba por declarar ya la independencia y que un nuevo episodio parecido al 1-O forzara a la UE a intervenir para propiciar una negociación. Otro sector también se agarraba a la mediación europea pero prefería ganar tiempo y apostar por fórmulas de declaración más ambiguas o a plazos.

Y llegó el día D con una expectación nunca vista en Catalunya. A primera hora de la tarde estaba prevista la intervención de Puigdemont ante la cámara catalana y los nervios estaban a flor de piel. Poco antes del momento señalado ocurrió el hecho que probablemente decantó la balanza para el presidente catalán: la constatación de que Europa, aún con el Brexit caliente, no quería más líos.

Tusk, presidente del Consejo Europeo, fue absolutamente explícito. El dirigente polaco se dirigió directamente a Puigdemont desde el pleno del Comité de las Regiones de la UE para reclamarle que no declarara la independencia. “Respete el orden constitucional y no anuncie nada que haga imposible el diálogo”, proclamó un Tusk que no en vano apeló a su condición de regionalista y miembro de la minoría casubia.

El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el momento de llegar al Parlament el pasado 10 de octubre de 2017 El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el momento de llegar al Parlament el pasado 10 de octubre de 2017 (David Airob)

El dirigente europeo se ganó la complicidad de los dirigentes del independentismo no solo con este guiño. Se presentó aquel día como alguien que entendía “los argumentos de las dos partes” y recordó que el día 2 de octubre había exigido a Mariano Rajoy que apostara por vías dialogadas y no por “el argumento de la fuerza”. Quizás esas palabras convencieran a Puigdemont de que era posible una mediación de Europa.

El caso es que la petición de Tusk caló en el presidente catalán, quien en una sesión que mantuvo en vilo a toda Catalunya, interrumpió su propia declaración independentista en aras de propiciar una etapa de diálogo y mediación que nunca llegó. Todavía muchos hoy bromean con que Catalunya fue la república más breve de la historia, de 8 segundos. Y todavía muchos hoy recuerdan la imagen de una de las miles de militantes independentistas que siguieron el pleno desde el paseo Lluís Companys de Barcelona, a pocos metros del Parlament, contrariada por una suspensión tan inmediata.

Tusk fue agradecido y el día siguiente de la independencia frustrada envió un segundo tuit a Puigdemont para reconocerle el gesto. Solo diez días después el presidente del Consejo Europeo acudía a Oviedo para recibir de manos del rey Felipe VI el premio Princesa de Asturias a la Concordia concedido a la UE. Sus apelaciones al diálogo supusieron un matiz interesante a las palabras de sus colegas Jean-Claude Juncker y Antonio Tajani.

Pasados los meses, y una vez el procedimiento judicial de los líderes independentistas provocó que Puigdemont se refugiara en Bruselas, el ya ex president ha declarado varias veces sentirse arrepentido de aquella decisión. “Mi error fue el 10 de octubre. Debí implementar la república”, lamentó en marzo. El presidente catalán argumentó que escuchó a “muchos” que le prometieron que, si evitaba la DUI, se abriría una “ventana de diálogo”.

Sin embargo, Puigdemont no le guarda rencor al hombre que frenó su DUI en el último momento. Al contrario, el presidente catalán sigue viendo en Tusk una figura clave para desbloquear la situación catalana. Puigdemont propone al dirigente polonés como líder de una “mediación internacional”. “Hasta hoy es el único que se ha expresado de una manera muy correcta”, le ha elogiado.